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Sus labios se apoderaron de los míos con deseo, cerré mis ojos al sentir su suave taco en mis mejillas quemando todo mi interior. Llevé mis manos a su cuello y seguí el beso mientras él bajaba sus manos hasta mis caderas y pegaba más mi cuerpo contra el suyo.

Pensé nunca decirlo, pero había deseado tanto este momento desde hace mucho tiempo, sus caricias me hacían desear poder parar el tiempo y nunca alejarme de él. Porque Jin me hacía sentir tan bien solo con simples roces.

— Te amo — se detuvo para hablar sobre mis labios y luego volvió a besarme — No sabes cuanto te extrañé Jihe, moría por volver a estar así contigo. Juntos, como debería ser.

Me separé de sus labios por un momento y lo miré triste, observé sus ojos con atención ¿Por qué el podía tener tantos recuerdos míos y de él y yo no? ¿Por qué deseaba poder al menos recordar aunque eso es imposible algo de lo que vivimos juntos o debíamos vivir?

— No entiendo por qué esto sucedió — lo abracé — Quiero saber.

— No te preocupes, volveremos a empezar y esta vez será más hermoso y especial porque pase lo que pase. Siempre estaré junto a ti. Lo prometo.

Me sonrió y volvió a mis labios. Esta vez sin hablar, solo se dispuso a besarme y acariciarme. Nos tumbamos en el sofá de la sala, Jin quitó mi blusa y dió pequeños besos desde mi pecho hasta mi abdomen.

Llevé mis manos a su espalda cuando volvió a mis labios nuevamente.

(...)

Los rayos del Sol en mi rostro me hicieron despertar, abrí mis ojos y observé el techo de la sala. Me giré hacía un lado y me encontré con el rostro más hermoso de todo el mundo. Jin descansaba sobre el sofá al igual que yo, sonreí al ver lo tierno que lucía dormido.

Me pregunto cuantas veces desperté así con él en otro tiempo. Llevé mi mano a su cabello y lo peiné hacía atrás, es tan hermoso que no puedo creer que haya una persona así en el mundo. Es que, sus ojos nariz, boca. Todo en él es perfecto.

Escuché mi celular sonar desde arriba y me levanté para ir a buscarlo. No puedo creer que sea del trabajo, pedí que no me molestaran hoy, es mi día de descanso.

Llegué hasta mi cuarto y saqué el celular de la bolsa. Número desconocido, ¿quién podría ser? Marqué.

El número que usted llama está apagado o fuera del área de cobertura.

Fruncí el ceño y dejé el celular a un lado, si es algo importante volverá a llamar.

— ¿Que haces? — la voz de Jin me hizo asustar de repente.

Me giré hacía él y mis mejillas se incendiaron al mirarlo a los ojos, ¿que me pasa? Ya no soy una niña para estarme poniendo así.

— Vine a contestar una llamada, pero ya habían colgado — dije y lo ví acercarse para abrazarme.

Sus brazos me rodearon y tuve que pararme en puntitas para poner mi rostro en su hombro. Mi corazón estaba como loco palpitando en mi pecho.

— Jihe prometeme que pase lo que pase nunca vas a dudar de lo mucho que te amo.

Pidió sin soltarme, ¿de qué habla? ¿Acaso va a pasar algo así?