Ocho

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Termina de arreglar su cabello castaño, sus ojos whisky observan la tan conocida habitación, el día anterior había sido ajetreado, entre sesiones y sesiones, entrecierra sus ojos, parpadea un poco y regresa a la realidad, se observa en el espejo, el hematoma en su mejilla reluce, pero no tanto como hace algunos días, coloca maquillaje sobre el área lastimada, ahora si está listo, Sharon le había dicho anteriormente «Relájate, no es por defender a Dun, pero sino te tomas las cosas con calma esto será peor para ti» y vaya que había sido peor para él si ha terminado con un hematoma en el rostro. La puerta blanca de su habitación se abre dejando a la vista a la señora Ava, con su sonrisa característica, cálida, que le hace saber que le tiene mucho aprecio, que puede confiar y acudir a ella en cualquier momento.
—¿Te sientes bien? ¿Necesitas algo antes de irte? —Ava le mira con pena, aunque en el rostro no se le note la mujer sabe que le duele y no solo rostro sino también el corazón.
—No Ava, muchas gracias…
—Bien mi niño, el joven Dun lo espera abajo.
—Gracias Ava, bajo enseguida.  —Suspira de nuevo, su cabeza duele, sus ojos arden, entre tantas sesiones no ha podido usar sus anteojos, no es que le guste usarlos en público pero ha perdido sus lentes de contacto, no ha tenido tiempo de ir por unos, lo único que le quedan son sus gafas de color negro y es eso o soportar un horrible dolor de cabeza todo el día, los toma y se los coloca, vaya que Tyler los odia. Al bajar las escaleras lo primero que sus bonitos ojos captan son los brillantes mechones rojos del cabello de Josh.

Dun camina hasta quedar frente a él, acerca sus dedos toscos a la mejilla del castaño, sin cuidado.
—No hagas eso, aún duele.
Tyler se queja y aleja la mano de Josh con cuidado de no mostrarse grosero, o por lo menos tanto.
—Lo siento es que, te ves intacto, es... es sorprendente.
—El maquillaje ayuda mucho, aún está algo morado, pero casi desaparece ¿Nos vamos?
—Sí, solo qué… no sabía que usabas gafas. —El castaño tuerce los labios.
—No me fascina hacerlo pero eran estan horribles gafas o soportar un dolor de cabeza. —Tyler sonríe mostrando sus dientes, Josh le observa y… cómo es posible que Tyler le sonríe, que Tyler le hable, si él fuera Tyler lo primero que hubiese hecho es soltarle una patada en la entrepierna si bien merecido se lo tiene. Joshua solo asiente, abre la puerta principal y ambos salen de la casa del castaño, directo al auto de Josh.

La última vez que había estado en el auto de Josh, no había sido muy agradable, la música a todo volumen, lo insoportables que fueron ambos... ahora solo suena la música muy levemente…

[...]

El viento mueve las hojas de los árboles con gracia, algunas parejas se ven caminar por el lugar, algunos niños corren de lado a lado y algunas parejas comienzan el proceso para poder adoptar. Sí, el evento benéfico consiste en adoptar niños, y con prisa el viernes había llegado, tan rápido que se había sentido como un abrir y cerrar de ojos para ambos.

Una Cadillac negro se estaciona en una esquina, del auto baja un chico de cabellos rojos como el fuego, viste un jeans azul (roto en la parte de sus rodillas), una camiseta gris y sobre ésta una americana gris, detrás de él baja un chico de cabellos castaños, ojos chocolates y piel bronceada, una sonrisa se muestra en su rostro, el pelinegro le tiende la mano y ambos hacen presencia en el lugar, tomados de la mano, sonriendo con gracia, mostrando sus dientes, aferrados el uno al otro.
—¿Estaremos mucho tiempo aquí?
Tyler pregunta.
—No tanto, la orden que me dio Gerard es que estenos una hora, o dos, si queremos estar más tiempo aquí es nuestra decisión; pero, de que tenemos que irnos juntos, tenemos que.
Tyler asiente, frota sus ojos con cuidado, un poco más y caera de sueño.

Ambos caminan hacia las mesas y demás cosas, el evento es llamativo, muy decorado y organizado, en el lado derecho solo hay juegos, al lado izquierdo puestos de comida y en el centro unas pequeñas mesas. Tyler suelta la mano de Josh, despacio, como si tuviera miedo de no volver a tocarla, inconscientemente con cuidado, delicadeza.
—Lo siento Tyler...
Josh toca la mejilla sana del castaño, la acaricia con el dedo pulgar, en círculos, teniendo cuidado, teniendo miedo de lastimarlo.
—Josh, detente, sé que lo sientes me lo has dicho todo este tiempo, entiendo que te sientes culpable, pero detente, no hace falta. —Tyler retira la mano de Josh de su rostro. Dun se aleja rápidamente, avergonzado, y molesto, Tyler al ver su reacción toma la mano de Josh entre las suyas mientras dice:
—Entiendo que lo sientes —Trata de sonar lo más tranquilo posible, pero se le es imposible relajarse cuando Josh le toca el rostro, o cuando se toman de la mano, su respiración se corta cada vez que lo tiene cerca, transformándose en suspiros agobiados y lo peor del caso es que conoce ese sentimiento pero es en serio que tenía que ponerse así por él, por el chico que le acaba de dejar un enorme moreton en el rostro.
—Sé que lo he repetido miles de veces, pero, me siento culpable, te he jodido la cara Tyler, se supone que eres mi novio, y si se enteran de que te he golpeado, joder estaré en problemas.
—¿Eso es lo que te preocupa? ¿Lo que te puede pasar si alguien se entera?
—No Tyler, no me malinterpretes, no me refiero a eso, no quería que se escuchara como algo egoísta, dejando de lado eso, no es correcto, en eso se resume, no es correcto.
Los ojos del pelirrojo brillan como esferas de fuego,  hay algo en sus ojos que capta la atención de Tyler, los ojos son la ventana del alma, los que delatan las emociones, eso lo sabe, pero, en Josh hay algo, hay algo más allá que le atrae, y le interesa saber.
Le interesa conocerlo, algo que le dice que hay algo más, detrás de sus comentarios fuera de lugar, de su temperamento, de la manera en como se ha comportado con él, le atrae, de una manera que le sorprende.

Model [Joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora