4. Care /kɛr/ - n.

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Where am I

Who am I

I'm not... me.

Jaehyun se removió en la cama buscando su móvil para detener el despertador que hacía sonar Mirror cada día laboral a las seis de la mañana. Ese día, pero, no era lunes, ni martes, ni ninguno de los demás días lectivos. Era domingo.

Y sí, sólo Jaehyun se despertaba a las seis de la mañana un domingo.

¿Se había vuelto loco? Seguramente.

Pero no pudo retener sus impulsos de ver a Taeyong tan pronto como fuera posible. Por eso, en ese preciso momento de la madrugada, Jaehyun se levantaba de la cama con los ojos ojerosos y siendo más zombie que persona.

Intentó desayunar rápido, y mala idea. Estaba tan dormido que tiró la leche encima de la mesa.

—Mierda. —refunfuñó tomando varias servilletas a la vez, intentando secar toda la leche que derramó en la superfície lisa de esta.

Después de haberse alimentado y no desperdiciar más alimentos, fue andando tranquilamente hasta la estación de tren, escuchando su música en el camino. Tuvo suerte de poder sentarse, y aprovechó para dormir un poco y así recuperar fuerzas hasta llegar a la estación que le pertocaba.

Nada más salir del tren se frotó los ojos por la fotofobia que se había implantado en él al haber estado durmiendo todo el trayecto, y durante un largo minuto tuvo que evitar chocar con las personas que se acercaban en dirección contraria, hasta que finalmente se hubo acostumbrado a la luz del sol, que tampoco era muy fuerte.

A diferencia que esa semana de prácticas, no llevaba la mochila, iba vestido de calle, con una de sus mejores camisas. De hecho, su favorita. Y también unos pantalones rasgados que estilizaban sus piernas. Se veía bastante atractivo por haberse levantado tan pronto. Lo único que le falló eran las ojeras bajo sus orbes que no eran tan marcadas cuando se hubo levantado.

Pero nada le importaba. Desde que se había levantado, su corazón parecía latir con la idea de que iba a ver a Taeyong. Sabía perfectamente que era enfermizo pensar tanto en un paciente, e ir a verlo con una excusa barata, pero tenía tanto sueño que no pensaba en lo atrevidas que eran sus acciones. Sólo quería ver a Taeyong y asegurarse que se estaba poniendo bien.

Subió en uno de los ascensores "secretos", y como si su corazón quisiera hacerle una mala jugada, en todo el trayecto iba acelerándose por cada planta que avanzaba, sin darle la oportunidad de pensar un plan para no verse tan nervioso. Nada más bajar del ascensor sus piernas temblaron como flanes, pero no se dio el placer de sentarse e intentar recomponerse. Sabía que iba a ponerse más nervioso aún de lo que ya estaba, así que intentó andar con sus piernas que habían decidido por sí solas dejar de funcionar. Suspiró aliviado al no encontrarse con ningún conocido enfermero o auxiliar en la planta. No conocía a nadie, así que seguramente lo confundirían como un familiar o amigo cualquiera.

Con pasos intranquilos se acercó casi tropezando hasta la habitación diecisiete, y se percató que estaba cerrada. Se rascó la nuca nerviosamente y se quedó unos segundos pasmado en la misma posición, sin atreverse a llamar a la puerta. Se sentía demasiado nervioso y no le permitía reaccionar ante las órdenes de su cerebro.

—¿Necesitas algo? —justamente una enfermera de cabellos claros salió con un carrito de la habitación contigua, e hizo sobresaltar al chico.

—Ah, bueno... Vine a ver a un amigo pero no sé si puedo entrar. —contestó con un hilo de voz, temiendo que descubrieran que estaba haciendo prácticas a pesar de que no lo conocían.

Adrenaline ❜ ┊ jaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora