12. Still can't forget you.

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Jaehyun despertó con un dolor de cabeza que martilleó sus sienes. Gimoteó sin aceptar estar despertándose, topando contra algo que se encontraba a su lado. No tardó en rodearlo con sus brazos, apretándolo contra su pecho. La calidez que sintió en esa zona lo tranquilizó, y pegó su nariz para oler su aroma. Se pasó unos minutos en esa posición fetal, acariciándolo sintiendo la necesidad de sentir algo cerca.

Y aunque Jaehyun tuviera 20 años, agradecía aún tener guardado su peluche de Frodo que sus amigos le habían regalado para su cumpleaños, Doyoung incluído.

Suspiró pesadamente al recordar su nombre, porque rápidamente recordó los acontecimientos de la noche pasada. Se arrepentía, y mucho. Porque lo que había pasado fue por culpa del sentimiento de frustración que sintió cuando Taeyong no había aparecido, y no pensó que quizás lo había visto besarse con Doyoung. Más bien, besar a Doyoung. Y, por esa misma razón, las lágrimas volvieron a recorrer sus mejillas como solían hacer esos últimos días, intentando apartar de sus pensamientos los sucesos de esa noche.

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—Jaehyun... —había jadeado Doyoung cuando los besos del menor se habían desplazado por su cuello, y no negaba que despertaba miles de mariposas dentro de su estómago. Pero ya no se sentía bien, porque no sabía si realmente Jaehyun lo estaba besando porque... lo deseaba—. ¿Ha pasado algo con Taeyong?

Jaehyun detuvo el toque de sus labios contra su cuello y mordió su labio inferior con fuerza. Se sentía terriblemente mal. Horrible, egoísta, hipócrita. Pero así era como había estado actuando los últimos días.

—Perdóname, Doyoung —había gimoteado, llorando contra el hombro de este. Se abrazó a él sintiéndose un mal amigo, y este lo comprendió y acarició la espalda del castaño—. Soy un amigo horrendo.

—No es verdad, Jaehyun. Sé que cuando alguien te rompe el corazón a veces no se piensa con claridad. Yo te dije eso porque... pensé que podría ayudarte a superarlo. Pero, no quiero que hagas esto por mi. Quiero que lo hagas por ti —murmuró apretándolo contra su pecho, en un intento de calmar los hipidos de Jaehyun.

—Quiero tiempo... aún no puedo dejar de pensar con él, Dodo —susurró frotando sus ojos con su hombro—. Yo... creo que lo quiero. Si me gustara simplemente no creo que me sentiría así. Estoy seguro que estoy enamorado de él, y... joder, duele.

—Lo sé.

El menor necesitó dos largos minutos para poder dejar de llorar. Después de eso, casi no se atrevía a mirar a Doyoung a los ojos, contándole que estuvo esperando todo ese tiempo sin que Taeyong apareciera. Al menos, el pelinegro lo había hecho sentir mejor, recordándole este que no pasaba nada, que no estaba enfadado por los actos tan arrojados que había llevado a cabo por la no aparición del chico.

—Llamaré Taeil o a Johnny para que te vengan a buscar, ¿está bien? Ya son casi las diez...

—Sí... —suspiró, saliendo del baño con la mirada clavada en sus pies—. Lo siento mucho, por... todo.

—No te perdones, en serio. No tienes por qué —Doyoung se acercó a él, tomó su rostro y besó la frente del chico, cariñosamente—. Ve a descansar. Lo necesitas. Y cuando te sientas mejor... intenta averiguar por qué Taeyong no apareció.

—Sí... Pero ahora lo único que quiero es irme a dormir.

—Está bien. Descansa, Jaehyun.

—Tú también, Doyoung.

Se dieron un último abrazo y el pelinegro llamó a Taeil preguntándole si no sería mucha molestia que lo viniera a buscar.

Adrenaline ❜ ┊ jaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora