Capítulo 3 La llegada del team royal

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Una vez que Makoto aceptó hablar con el pelirrosa éste quiso que fuese en un lugar privado, por lo que la joven sugirió ir a su habitación y él aceptó. Se dirigieron a las habitaciones de las chicas y no tardaron en llegar a su cuarto. Makoto sacó una llave del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta. Entraron a la habitación y Ringo observaba su alrededor mientras la pelinegra tomó asiento en el alféizar de la ventana. Aún habían un par de cajas en la habitación llenas de cosas que no había acomodado, le daba algo de pereza la mudanza y dejó eso para el día siguiente.

Pronto el chico dirigió su mirada hacia Makoto, quien evitaba verlo, se puso de pie frente a ella y se agachó lo suficiente para quedar de la misma altura.

—¿De qué quieres hablar? —preguntó viendo sus grandes ojos azules que no estaban tan lejos de ella.

—Lo sabes ¿no es así? —Makoto desvió la mirada un poco desanimada y Ringo se paró bien para dar un par de pasos y sentarse a su lado— Me preocupas. Te dije que te apoyaré, pero no sé si podré hacerlo sabiendo cómo te sientes.

—Por favor, déjame hacerlo. Shining no necesita saber nada de esto, ¿sí?

—Shiny parece un hombre muy raro que hace las cosas porque sí, pero la verdad es que es muy calculador y sabe lo que hace, no sé si él sabía algo desde el principio. A mí lo que me preocupa eres tú.

—Ya te dije que estoy bien —Ringo miró preocupado a la chica y la acercó rodeándola con sus brazos, Makoto abrió los ojos por unos segundos y luego sonrió un poco mientras correspondía el abrazo.

—Sabes que cuentas conmigo, si te sientes mal ya sabes qué hacer.

—Lo sé, lo sé —dice y ríe un poco— tu peluca parece de verdad, siento como si abrazara a una mujer plana —se separaron y Ringo también sonrió.

—Pero sabes que soy un hombre. En fin —se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta—, creo que es mejor que ya me vaya. Y no vuelvas a preocuparme así —dice haciendo pucheros y saliendo de la habitación.

Una vez que Ringo se fue de allí Makoto se levantó y se tumbó en su cama boca arriba, esa noche le había sido algo difícil primero con Reiji y luego con Ringo. Cambió su ropa por una pijama ligera y luego de recostarse se quedó completamente dormida.

Al día siguiente los primeros en despertar fueron Ai, Natsuki y Syo quienes desde temprano estuvieron haciendo trabajos que su senpai les había dejado para que aprendieran algo de disciplina. Al amanecer los dos rubios se reunieron con sus compañeros de STARISH y estuvieron ensayando con ellos durante algunas horas. Ya era poco más de medio día y caminaban por los jardines del Master Curse una vez que terminaron sus prácticas. Otoya y Syo lucían agotados y se quejaban de su cansancio y hambre hasta que comenzaron a escuchar una voz cantando y vieron a Haruka acercarse observando al chico que se encontraba sobre la rama de un árbol. Una vez terminó de cantar saltó del árbol quedando frente a Haruka e intercambiaron algunas palabras, que no lograban oír debido a la distancia entre ellos, sin embargo todos reaccionaron al ver que éste tenía intenciones de besarla y se acercaron a detenerlo.

Mientras tanto los miembros de Quartet Night realizaban trabajos por separado y Makoto se encontraba en su habitación terminando de instalarse. En cuanto a Camus, acababa de regresar de su país natal y se dirigía al Master Curse en un auto de la agencia. Apenas llegó dejó sus cosas en su habitación y salió a buscar a su kouhai pues se suponía que llegaría esa mañana. Estaba por bajar las escaleras y unas voces comenzaban a oírse molestando a Camus.

—¿Cómo pueden hablar de amor tan tranquilamente? ¡Plebeyos! —de pronto hubo una gran ventisca en el lugar y Camus se acercó a ellos de una forma extraña—. De las lejanas tierras nevadas, soy un conde al servicio de mi reina, mi nombre es Camus y desde ahora soy el encargado de Aijima.

Quitando máscaras || Uta no prince-sama ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora