Ya era el cuarto mensaje que le dejaba a Olivia, fracasando en la simple tarea de llamar un poco su atención. Idiota. Dejé mi celular apoyado en mi regazo mientras trataba de poner atención en lo que estaba explicando el profesor de Literatura, y aunque se pudiera decir que era el mejor en lo suyo, no lograba comprender ni relacionar todas esas palabras que salían de una manera tan fluida de su boca. Es mitología, Reese, mitología griega. Me recordaba mientras pasaba mis manos por mi cara algo frustrada, debí haber dormido más temprano anoche.
-Reese...-.
Maldije en mi interior al darme cuenta de que me estaban tironeando del cabello. Créanme, es lo peor que puedes hacerme en este preciso momento.
-¿Por qué mejor no te tocas alguna otra parte de tu cuerpo?- Acomodé mi pelo a un lado de mi cuello y miré a la que se hace llamar mejor amiga.
-Tienes los apuntes de la clase pasada-. Me sonrió ignorando mi molesta mirada.
Suspiré y abrí mi carpeta buscando los benditos apuntes, teniendo en cuenta de que no fue una pregunta, sino una afirmación.
-Los quiero para el jueves, Sasha-. Se los pasé y me puse mis auriculares. Parezco una auténtica antisocial pero les prometo que no soy así, son sólo etapas.
Miré la ventana y suspiré al notar que el gran árbol de la entrada ya no estaba en su lugar, era lo más bello de esta institución y es triste que directivos solo lo vean como una tonta obstrucción. Coloqué mi playlist diaria, y aunque tuviera más de 60 canciones, siempre escuchaba las mismas, reproduciendo Sleep Talking me limitaba a mirar de reojo a Olivia. Realmente no puedo explicar lo que siento por ella, era raro. Sus ojos avellana parecían irradiar luz cada vez que el profesor se adentraba en sus relatos. Desearía que algún día pudiera verme de esa manera.
Al sonar el timbre, indicando el comienzo del descanso, rápidamente desvíe la mirada y comencé a guardar mis cosas, en especial mis lapiceras de colores, que hasta hoy en día, Sasha tenía al menos la mitad de las que compré.
Revisé que no haya quedado nada en mi banco y al levantarme acomodé mi falda, no seria la primera vez que el aula presenciaba mi bonita ropa interior.
Observé a mis amigos discutiendo, como siempre, pero esta vez parece que va en serio, y yo ahí no pienso meterme, no importaba lo que dijera, siempre se lo iban a tomar personal.Mientras me dirigía hacia el patio del colegio me sobresalté al escuchar los gritos de felicidad de la mayoría de mis compañeros, desde su pequeña radio lograba escuchar la viva voz del comentarista. Fútbol. Seguramente irán a celebrar al lago si ganan.
Seguí mi camino y me senté en la única banca de todo el patio, observando al resto de la población estudiantil mientras continuaba escuchando canciones a un volumen considerablemente alto.
Abrí el libro que me "prestó" Sasha, digo, si ella se puede quedar mis lapiceras yo puedo quedarme con su biblioteca.Pero como en esta vida nada es para siempre, mi sensación satisfactoria de seguridad se vio destrozada, al darme cuenta que alguien se había sentado a mi lado y se terminó por desvanecer, al darme cuenta que reconocería esos borcegos en cualquier lugar del planeta.
-¿Aún no lo terminaste?-. Sonríe
-Aún no, Olivia-.
*Acá les dejo el primer capítulo, espero que lo disfruten. Siéntanse libres de votar y comentar.*
-Ángeles.☁️
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𝐑𝐞𝐞𝐬𝐞: 𝐓𝐚𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐬𝐨 (𝑩𝒐𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓)
FantasyNo me moví. Tardé un poco en procesar lo sucedido, caer en cuenta de que mi oportunidad de poder volver a mi hogar, se había perdido al igual que la luz celestial de aquellas criaturas. Esa brisa cálida ya no acariciaba mi piel, la estaba quemando. ...