Capítulo 10

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HOLA CHIC@S. YA SABEIS COMENTAD Y VOTAD. SIEMPRE PREFIERO VUESTROS COMENTARIOS YA LO SABEIS

(POV VIOLA)

Bueno pues aquí estaba, en la habitación de Camilo. Era de colores oscuros, sobretodo predominaba el marrón, estaba decorada con muebles de ve tú a saber cuánto tiempo y también había como pequeños matices de oro por todo el cuarto.

“Viola deja de pensar, te tienes que cambiar” Miré un reloj que había y me di cuenta de que solo me quedaban 15 minutos para hacerlo.

Corriendo me quite el vestido de fiesta junto a los zapatos y las media, iba a quitarme la liga y entonces recordé las palabras de Diane. <<No hay forma de volver más loco a un Gotti que con las ligas y unos buenos tacones>>. Me deje las ligas y me volví a poner los zapatos. Luego me metí al baño corriendo y me miré en el espejo.

Bueno, estaba presentable. Miré la bolsa que había en la manilla de la puerta y saqué la lencería que usaría esa noche. Era un camisón blanco de seda hasta medio muslo. Hasta ahí normal, pero luego la parte que rodeaba mis pechos era totalmente transparente. Con suspiro me lo puse con cuidado.

Dos minutos.

Un minuto.

Ya era la hora, conté los segundos que faltaban y justo cuando llegué al cero escuché abrirse la puerta desde el baño. ¡Caramba, que puntual! Escuché sus pasos por la habitación y después cesaron. Con un nuevo suspiro abrí la puerta del baño y muy estirada aparecí en la habitación.

Camilo estaba de espaldas a mi cuando habló.

—Pensé que te habías arrepentido. —Se giró y quedo de cara a mí con esa sonrisa que me volvía loca. Poco a poco su sonrisa fue desapareciendo.

Totalmente avergonzada intenté cubrirme los pechos con los brazos. Se lo dije a Diane, no le iba a gustar, le iba a asustar. ¡Qué vergüenza por Dios!

Estaba tan concentrada recriminándome el haberle hecho caso a mi flamante cuñada que no había percibido que Camilo estaba justo delante de mí, a escasos centímetros de mí para ser exactos.

Alargó sus manos y con suavidad retiró mis brazos de mis pechos. Me dejé hacer y vi como se quedó observando mis pechos. De repente sin que me lo esperará en un movimiento brusco me sujeto del trasero y yo enganché mis piernas ha su cintura. Mientras tanto ambos nos besábamos fervientemente. ¿La temperatura había aumentado en esa habitación o solo era yo?

Rodeé con mis brazos su cuello y mientras él iba andado. Sentí algo duro contra la espalda. Una pared. Mis manos volaron a su pelo, dándole leves tirones en un intento de atraerlo más hacía mí. Se rozó contra mi dejándome notar cuan excitado estaba, demostrándome a mí también como estaba yo misma. Interpuso una de sus piernas entre nosotros y yo me roce contra su muslo.

¡Per Dio! Lo necesitaba dentro de mi justo ahora. Si no lo hacía iba a morir entre medio intento de orgasmo.

—Te-te necesito. —Sentí como sonrío en mi boca.

—A sus órdenes Señora Gotti.

Noté como comenzamos a movernos otra vez y lentamente me dejo en la cama cuando llegamos. Fue besando mi cuello, mis brazos, mis manos, el anillo que me hacía únicamente suya, mis dedos… Cada toque de sus labios hacia que una corriente eléctrica corriera a través de mí. Justo hasta la unión de mis piernas.

Sus manos se pasearon por todo mi cuerpo, todavía no me había quitado nada, pero su ropa había desaparecido, todo menos sus pantalones y lo que escondían.   Su mano derecha bajo hasta llegar al punto de mi feminidad. Mis braguitas estaban completamente mojadas haciendo que me sonrojara. Las deslizó por mis piernas hasta quitármelas y así poder acariciar de una manera más íntima esa parte de mi cuerpo que solo él había visto y tocado. Solo él.

Saga Familia Gotti 1: Fue tu culpa (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora