Tamashī no Yūgõ

De regreso a Konoha

Una silueta corría velozmente por los árboles, siempre vigilando sus flancos y su retaguardia. Cuando de repente se percató de una marca. Con la capucha puesta, ocultando su rostro enmascarado, la silueta decidió una vez más vigilar sus alrededores antes de finalmente descender a nivel del suelo y esperar.

La oscuridad de la madrugada daba finalmente paso a la tímida iluminación del amanecer.

La silueta estaba muy concentrada en el juego de luces y sombras que se podrían distinguir con las primeras luces de la mañana, cuando una tímida y pequeña bolita amarilla platinada apareció delante de sus ojos, unos grandes ojos azules del cielo lo miraron con alegría.

-Sai-kun! –chilló eufórica en voz baja la pequeña zorrita –Ahri-sama me ha dado el pergamino para que puedas cumplir tu parte del trabajo.. Wakamo ha cumplido bien, verdad..?

-Hai –se podría fácilmente escuchar una sonrisa detrás de la máscara del anbu de Raiz –no han tenido incidentes..?

-para Ahri-sama sus planes están corriendo según lo previsto.. y tienes autorización para revelar a la cara de 'momia fosilizada'.. palabras textuales de Ahri-sama que conste! Que ya acepto ser la Godaime Hokage.. y que la cara de serpiente fallo en su cometido..

-comprendo.. y gracias por el ultimo obsequio, me ha inspirado mucho..

-ya no eres tan rígido, Sai-kun.. Wakamo está feliz en ayudarte..

-aquí, te entrego lo que he estado investigando.. existe un proyecto bastante oscuro, muy hermético.. aun no logro hacer contacto con ella.. tiene una guardiana muy arisca..

-no te preocupes Sai-kun, entregare enseguida tu pergamino.. ten cuidado, Ahri-sama se preocupa por usted, como también Wakamo se le rompería el kokoro si algo te pasara..

El llamado Sai reprimió un nudo en la garganta, pero desde que estaba trabajando, no, la palabra correcta sería desde que estaba ayudando a la kitsune albina con sus planes de hacer desaparecer Raíz, y con la constante comunicación con la pequeña Wakamo, se despertó dentro suyo un caudal de sentimientos que aún le costaba asimilarlos, pero gracias al sello de Ahri, ha logrado cumplir su función sin levantar sospechas en Raíz, en especial en Shimura Danzõ.

Wakamo saltó al regazo del anbu enmascarado para que este pudiera abrazarlo, y con unos cuantos mimos después, la zorrita desapareció en un puff y el pelinegro al fin se descubrió su rostro debajo de la máscara, para sonreír al hermoso amanecer que surgía en el horizonte.

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Al día siguiente, Shizune tenía sus ojos saltones como lechuza al ser la primera que veía la llegada de Naruto y Hinata, quienes poseían su ropa toda arrugada, luciendo exhaustos y despeinados con una leve cojera y una amplia sonrisa de campeonato, además de mordidas y chupetones visibles donde sus ropas no lo cubrían.

Parpadeando lentamente, saludó ausentemente a la pareja, quienes se dispusieron a dormir como lirones lo que quedaba de la mañana.

Ni transcurrida media hora, un flamante Jiraiya sin resaca estaba llegando para desayunar junto a una melancólica Tsunade, una Yuna divertida con Samehada, un Sasuke leyendo un pergamino y una Shizune con clara evidencia de shock, cuando noto la ausencia de una pareja muy distinguible.

-Y los tortolos..? –pregunto el albino, teniendo varias reacciones, Sasuke y Tsunade parpadeando al notar recién la ausencia de Naruto y Hinata, Shizune bastante nerviosa y una Yuna con una sonrisa al estilo de un gato que se comió un canario.