La guerra trae grandes desgracias y perdidas, pero también es un ambiente perfecto para las historias de amor.
Una historia romántica repleta de acción.
Era muy temprano por la mañana, él se encontraba aún en cama, algo extraño para un soldado de su rango, y de no ser por el intolerable olor a diésel recién combustionado que emanaba de los camiones de provisiones, no se abría molestado en despertar.
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Tras vestirse con su uniforme salió de su tienda de campaña, y se acercó a la tienda que usaban de comedor, tomó una taza de café expreso y comenzó su paseo matutino.
Aquel campamento militar a las afueras de konohagakure se componía de cuatro zonas, el área de dormitorios, la zona de comedores, el hangar y la pista de aterrizaje. Dicho campamento carecía de área médica debido a que al estar a las afueras de la ciudad podían depender del hospital de esta.
El capitán del escuadrón siete, Nara Shikamaru, termino su ronda matutina, en la cual se vio en la penosa necesidad de despertar a su compañero y subordinado, Uzumaki Naruto, quien aún se encontraba con Morfeo a horas indecentes para un soldado, aún que Shikamaru no era el más indicado para hacer dicha observación.
Prendió un cigarro mientras esperaba al resto del pelotón para la reunión protocolaria matutina, ya que, a pesar de la guerra, no habían salido a ninguna misión de alto riesgo, como les era costumbre, ya que el gran escuadrón siete era especialista en misiones de alto rango, imposibles para cualquier otro. Pero, últimamente no sucedían ocasiones en las que sus servicios fuesen necesitados y, a consecuencia, se les asigno proteger el campamento y el cuartel general instalados en Konohagakure.
Su cigarro daba el último soplo de vida cuando los gritos de su rubio amigo lo sacaron de su ensimismamiento.
-¡Capitán!- exclamo- me reporto al deber, ttebayo- decía mientras ponía su mano a la altura de sus sienes haciendo el saludo militar.
-Cállate, tonto,- decía un soldado de negra cabellera mientras golpeaba a Naruto- Me reporto al deber capitán- haciendo el mismo gesto que el rubio antes de ser golpeado.
-¡Sasuke!, cuántas veces tengo que decirte que no me golpees, ttebayo- rezongaba el rubio.
-Y cuántas veces te he dicho que no grites en mi presencia- respondió en tono cansino
- Ambos, cállense, sus gritos se escuchan desde el comedor.- decía un soldado de ojos blancos y de cabellera café- Capitán, me reporto al deber- haciendo el ademán de Saludo.
-Muy bien, ya que como el resto del escuadrón se encuentran en el hospital haciendo guardia, doy comienzo a esta sesión- esbozo Shikamaru- Las guardias de hoy continuaran como lo han hecho desde que nos asignaron aquí, es decir Naruto y Sasuke- dijo señalándolos- harán la guardia en el cuartel general, Neji y yo relevaremos a Sai y Choji en el hospital y estos harán la guardia en el campamento, ahora bien, he hablado con Tsunade sobre futuras misiones y me ha comentado que, aunque no es seguro, nos enviaran a destruir una base enemiga al norte de Kumogakure...
-Tendré que hablar seriamente con Tsunade- obachan, Kumo queda a cuatro días de viaje, ¡cuatro!- esbozo Naruto
- ¡Naruto!- grito Kakashi-, cuantas veces tengo que decirte que guardes más respeto para con la líder de una de las cuatro grandes naciones.