9 Principe del infierno

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Narra Mihail

Cuando llegamos aquí con "ashton" ya que es obvio que ese no es su verdadero nombre; no sabíamos qué debíamos hacer, con el tiempo fuimos creciendo y él tomó cartas en el asunto, yo era más joven que él y más inexperto así que no me sorprendió cuando la mayor parte del trabajo por así decirlo se le fue dada a él. Al principio me daba igual, si era por mi me quedaba en mi mundo ya que no tenía ganas de salvar a alguien que no tenía ni el mínimo de mi interés, aunque con el paso del tiempo la fui conociendo, sus gestos, sus risas, su forma de enojarse, de discutir, de ser feliz, de ser ella. No mentiré y diré que estoy enamorado por qué para mi es imposible estarlo cuando no conozco a la persona, pero sabía que yo la conocía, la conocía más de lo que debería y eso me asustaba, me asustaba el echo de sentir algo por alguien humano, pero no era cualquier humano si no que era ella, no solo humana pero prohibida para mi y para cualquiera.

No me molestaba el echo de ashton fuera el que estuviera la mayoría del tiempo con ella, me molestaba que él pensara que la podía convertir, cambiar, en alguien que ya no existía por qué por qué por más amor que le tuviera a ignis ella ya no existía y no tenía derecho a cambiar a geminis, ella se merecía ser quien es sin que nadie intente cambiarla, yo sabía quien era ella, yo conozco su esencia y no es la misma que la de Ignis, por más descendencia que hubiera no eran la misma persona, nunca serían la misma persona por que ignis hubo una sola y geminis hay una sola.

Geminis era versátil, simple, no se hacia problema con lo que no debía, elegía su propia paz y por eso evitaba todo tipo de conflicto, era tranquila aunque podía ser dinamita cuando quería, era tan ella que a cualquiera le llamaría la atención una chica que no muestra ni un mínimo interés a su entorno, una chica que se encierra en su propia realidad y es feliz con ello.

En cambio ignis, que por más que yo no la halla conocido sabía su historia y su forma de ser, ella era rígida, siempre buscaba una discusión y eso la hacía feliz de cierto modo, el conflicto le divertía, molestar a los demás le divertía, el odio de los demás hacia ella le divertía.
Ella era única, nadie se igualaba a ignis por que ella sabía como manejarse en cada entorno, ella no se encerraba si no que se expandía, en cada lado que ella pisaba siempre dejaba huella, siempre había alguien que la recordaría por qué así era ignis, era una llama que nunca se apagaba

De cierto modo ashton aprendió a conocer a ignis
Pero yo había aprendido a conocer a geminis.

Aun recuerdo el día que me asignaron mi misión junto a ashton, estaba completamente en desacuerdo, para mi era un castigo, algo que no me merecía; ya que sentía que mi vida era interrumpida, todo por lo que me había preparado, las ansias que tenia por algo que al final termino siendo hacer de niñero. Estaba muy enojado.

Ashton siempre fue muy tranquilo, era muy diicil hacerlo enojar, él era como la niebla, estaba siempre pero siempre era silenciosa.

Siempre fui un ser cruel, siempre fui alguien que se manejaba a su antojo, nunca me importó la vida de nadie solo mi vida, y les sorprendería saber como he cuidado a la niña que se encuentra acostada durmiendo como un ángel, la he cuidado más de lo que me he cuidado a mi. No mentiré y confesare que al principio mi plan era dejarla morir, pero con el paso del tiempo esa niña revoltosa empezó a llamar mi atención, comenzó con sus risas sarcásticas, sus enojos, su rebeldía, siguió por su transe, en el momento en donde ya no se encontraba y se sentía más vacía que nunca, y al final estamos aquí, donde ella siente que es el punto intermedio de todo, y de cierta manera lo es.

No se si nos perdonara en el momento que se entere de la verdad, tampoco sé que como se lo tomara, pero algo que si se es que, el príncipe del infierno se ha enamorado

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