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Tony quiso llevarme a casa, al final decidimos que lo mejor era decírselo hoy, porque mañana en la mañana, el juicio de Hannah tocaría a su fin, y era mejor tenerlo en sobre aviso, así que cargamos la bicicleta solo sabe Dios cómo, y nos marchamos.

Padilla puso una cinta, él y su radio-cassete, normalmente diría que es una molesta antigualla, pero tras vivir con el padre de Clay, he encontrado cierta belleza en las cosas antiguas, aunque las cintas me recordaban a Hannah. La música comenzó a sonar, maldita sea Tony, ¿qué has puesto? Todas las canciones, una tras otra, eran bobas melodías de amor, no estaba de humor para aquello. Y no lo estaba porque todas las malditas letras me recordaban a Clay Jensen. En algún momento comenzó a sonar Stereo Hearts, aquella canción que Clay y yo habíamos cantado en el coche, y que no podíamos evitar tararear cada vez que sonaba en alguna parte, haciendo aquel ridículo bailecito de manos. Sin darme cuenta, comencé a llorar, estar con Clay era lo más maravilloso que me había pasado en la vida, más que Bryce, más que Jessica, me daba igual si me quería o no, ataría a mi corazón con cadenas y lo tiraría al fondo del mar con tal de poder permanecer a su lado. No quería que me odiase. No quería que me mirase con asco. No quería que me abandonase. Tony no dijo nada, estoy seguro de que lo notó porque su mano cubrió la mía un segundo y la apretó, pero no dijo nada en absoluto, y yo lo agradecí, pues mi mente estaba haciendo una especie de videoclip de Jensen con aquella maldita canción. Dios, odio esto, me siento como una nenaza de 13 años virgen. Sin faltar al respeto a las niñas de 13 años vírgenes, ya me entendéis.

El coche paró, miré por la ventanilla y encontré la casa de Clay, usualmente todas las luces estarían encendidas, mi móvil lleno de mensajes, y escucharía desde aquí las voces de los Jensen, pero esta vez me había asegurado de dejar una nota en el frigorífico diciendo que había ido a pasear y volvería para la cena, miré el reloj del teléfono corroborando que efectivamente había llegado a tiempo. De repente, la puerta de la casa se abrió mostrando la cara de Clay, con el ceño fruncido, en cuanto se percató de que era el coche de Tony salió de la casa, bajó las escalerillas de un salto, y se acercó a grandes zancadas. Abrí la puerta y salí del coche, me había secado las lágrimas, pero debía tener los ojos rojos o algo parecido, porque el rostro de Clay me djeó saber que lo había notado, en cuanto Tony salió del coche y se acercó, Jensen tenía sus manos en la chaqueta.

-¿Qué le has hecho? –le espetó -¿Qué le has dicho?

-Clay, tranquilízate y deja mi chaqueta, no le he dicho nada

-¿Y por qué viene llorando?

Tony me miró pero no dijo nada, Clay siguió su mirada e interpretó que, como su amigo le había dicho, Padilla no tenía la culpa. A pesar de tener los ojos rojos e hinchados, y el corazón muerto de miedo, no pude evitar sonreír un poco, la reacción de Clay había sido adorable, pareciera que estuviera dispuesto a golpear a Tony por hacerme llorar. Así es Clay Jensen, señoras y señores, un hámster terriblemente adorable que muerde cuando se enfada, pero sigue siendo adorable.

Clay soltó la chaqueta de Tony y se acercó a mí, mirándome directamente a los ojos, yo bajé la mirada, me sentía aterrado, lo cual era estúpido porque había llegado estar delante de él con un arma, quiero decir, esto no puede salir peor que aquella vez, que me arriesgué a llevarme un tiro o que se lo llevara él. Así que respiré profundamente, apreté los párpados para contener el terror, cerré los puños, y finalmente alcé la mirada.

-Mañana termina el juicio contra Hannah, eso significa que la denuncia de Jess se hará efectiva, y que Bryce será detenido –susurré mirándole a los ojos –Y puede que yo también

-¿Qué? ¿Eso es una estupidez?

Tony se adelantó y tocó el hombro de Clay.

-Técnicamente, Clay, como es testigo y no llamó a la policía, y tampoco lo evitó, se considera que es cómplice

Stereo Hearts {Clustin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora