Algo inesperado.

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ELSA

Hoy, como es costumbre, papá y yo estamos paseando por el bosque, desde que mamá murió él y yo venimos a dejar flores cada fin de semana a un gran y hermoso arbol que hay en medio del bosque.

-Elsa, debo irme a trabajar ya. -papá se nota decaído.

-Está bien, papá, no me iré tarde a casa.- me acerco a él y beso su mejilla.

Él desaparece entre las sombras. Aun me da un poco de miedito que él haga eso, pero he de decir que también puedo hacer eso.

Sigo caminando por los alrededores del bosque. Un ruido proveniente de uno de mis costados hace que me ponga alerta.

-Hola- un tipo grande, robusto, barba blanca y cejas negras pobladas, ambos brazos tatuados y una gran sonrisa plasmada en su rostro.

-Hola, Elsa. -el chico que vi ayer en el lago está a su lado.

-Hola, hola. -un enorme conejo aparece también.

Mi mirada recae en el gran conejo y sin poder evitarlo salgo corriendo hacia él y lo abrazo.

Amo los conejos y éste es grande y suavecito.

Una falsa tos hace que mis mejillas ardan con un furioso color carmesí.

Me separo del gran conejo.

-Lo siento. -murmuro y me alejo de él 

-No te preocupes, chiquilla. -el tono del conejo es dulce y amable.

-¿Quiénes son ustedes? -inclino levemente mi cabeza hacia la izquierda.

-Nosotros somos los guardianes. -dice el gran hombre de barba blanca. -Yo soy Santa Claus o como mis amigos me dicen, Norte. Al que abrazaste es... -no terminó de hablar ya que yo lo interrumpí.

-El conejo de pascua.

Coloco mi mano atrás de mi espalda. Con un rápido movimiento de ésta convoco a los caballos negros.

De un momento a otro estamos rodeados de ellos.

Norte, el chico del lago y el conejo de pascua se ponen en posición de ataque.

-Haz que se vayan o nosotros los destruiremos. -me amenaza el chico de cabello blanco.

Uno de los caballos se pocisiona frente a mí, protegiendome de cualquier peligro.

-De nada servirán las pesadillas, niña, nosotros no tenemos miedo -el conejo que parecía dulce y tierno ahora parece grande y amenazante.

-Ellos no buscan el miedo. -niego lentamente con mi cabeza- ellos buscan cualquier peligro hacia mi persona o cualquier cosa que yo desee. -piso fuertemente el suelo haciendo que una gran pared de hielo nos encierre. -Ellos me obedecen a mí y nadie más que a mí. -hago otro gesto con mi mano para que todos los caballos, diez en total, se coloquen a mis espaldas.

-¿Tú controlas el hielo? - el tal Norte observa la pared de hielo con gesto asombrado al igual que el chico de cabello blanco.

-Así es. -hago un gesto desdeñoso con mi mano derecha.

-No puede ser posible... -murmura el chico del lago.

-Jack, ella puede hacer lo mismo que tú. -le informa el conejo al chico del lago.

Ah, con que se llama Jack. Lindo nombre.

-¡Es imposible! -Jack se acercó de manera amenazante. -Esto es imposible. -me señala con el cayado que sostiene entre sus manos. -Ella es un monstruo al igual que Pitch. -lo último que dijo hizo que una ira se apoderara de mi cuerpo.

No sé cómo y no sé de dónde saqué las fuerzas, pero en estos momentos tengo a Jack sujeto del cuello de la chamarra y lo tengo contra la pared.

Con mi otra mano hice a un gran hombre de hielo y nieve para que detuviera a los que acompañan a este imbécil.

-Te diré algo, idiota, con mi padre no te metas porque si lo haces, te haré sufrir como nunca nadie lo ha hecho y sé que suplicarás porque te mate para acabar con tu sufrimiento. -mi voz sale en casi un susurro, frío, amenazante.

Una carcajada de parte de él hace que su pecho vibre. Mi mirada confundida hace que lo observe a los ojos con una ceja alzada.

-Yo soy inmortal, belleza. -de un rápido movimiento él ya ha estampado sus labios contra los míos.

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Nota de la autora:

He vuelto, minna. = ̄ω ̄=

Espero que les guste el nuevo capítulo.

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Me encantará leerlos en los comentarios.

Nos leemos pronto.
HolaMinna. (◕‿◕✿)

La hija de mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora