Capítulo 9: Devastación y justicia
Parte I
El resto de los días que restaron hasta la llegada de la host de Eastlight y sus soldados, fueron un completo llegar de nobles con sus soldados que acudían ante el Rey para averiguar cuál era el motivo de ser llamados por el Rey con todas sus tropas. Una vez el plan les era explicado y después de ver el estado en el que estaba la capital, salían de la sala del trono con el brillo de la venganza en los ojos, deseosos de entrar en batalla.
Respecto a SoulKiller, pasaba los días ensimismado, respondiendo a cualquier pregunta, fuere de quien fuere, con monosílabos o expresiones que no iban muy allá del “no, gracias”. El inmenso deseo de venganza, el odio, la ira le consumían completamente en su fuero interno... excepto una pequeña parte de él que le transformaba totalmente durante algunos momentos del día; Aledis. Solamente en presencia de la niña y mientras pasaba su tiempo con ella era capaz de olvidar el mundo, hablar con tranquilidad, sonreír y hasta incluso reír. Era evidente que Aledis era cuanto Soul consideraba que quedaba en su vacía vida. Aledis... y la venganza.
Pasó la semana estimada por Arnya y, al atardecer de aquel precioso día de verano, una larga fila de tropas se acercaba a Bredhner por el camino occidental. La host de la ciudad de Eastlight era más grande de la que se pudiera imaginar y cuanto más las tropas que el Rey reservaba allí. La que había sido la guarnición de Eastlight era casi del tamaño de la de Bredhner, cosa que alentaba a cuanto viera llegar a las tropas que le quedaban al Reino. El gerente habló con el Rey después de ver el triste estado en el que se encontraba tanto la ciudad como los ciudadanos que sobrevivieron al ataque. En cuanto escuchó “...para vengarnos y ganar la guerra...” los ojos le brillaron como si le estuvieran hablando de obtener todos los tesoros reales ese mismo día. Las tropas estaban listas; Armas limpias, ballestas cargadas, carcajs llenos... Tan solo quedaba una cosa; La señal de atacar y acabar con cuanto les había apesadumbrado durante esa semana... El Reino de Saintgrow.
Parte II
SoulKiller estaba junto a la compañía justo enfrente de lo que sería una entrada hacia Seiria, la capital de Saintgrow. No había otro pensamiento en su cabeza sino la venganza y evitar a toda costa cualquier posibilidad de que Aledis fuera herida. Cuando le dijo que tenía que marchar para acabar con los que habían hecho daño a sus padres se asustó muchísimo y empezó a llorar. “No, no quiero que te vayas, no quiero que mueras, quiero que estés aquí conmigo” decía Aledis entre sollozos y pena. SoulKiller no tuvo más remedio que prometerle que volvería vivo y pasarían todo su tiempo juntos. En realidad no tenía ninguna garantía de ello, pero no iba a permitir que nada ni nadie le impidiera volver junto a su pequeña.
No era su hija, pero en tan poco tiempo el amor que Soul llegó a sentir por Aledis hacía parecer que lo fuera. Pasaba todo el tiempo que podía con ella, jugando, enseñándole a leer y a escribir o cómo utilizar una daga, contándole historias o dejando que se deleitase volando sobre los lomos de Sombra Alada junto a él. La dragona, a pesar de ser un animal y tener más probabilidades de sentir celos de la relación de Soul con Aledis, se dejó embaucar por la pequeña y de hecho sentía la misma necesidad que Soul por impedir que nada ni nadie la hiriera.
Entonces, una sombra empezó a formarse ante ellos. La suya era la última entrada que debía formarse, de modo que la tensión en la cara de los hombres y muchachos se hizo más que evidente, incluso en las caras de todos y cada uno de los miembros de la compañía. Se jugaban todo a una carta atacando con todo cuanto tenían en el corazón del territorio enemigo, pero no había más remedio. El pelaje del lomo se le erizó y comenzó a gruñir mostrando sus descomunales colmillos y zarpas. Como humano, Soul parecía un ser tranquilo y afable pero, como lobo, el terror que infundía su sola presencia cuando mostraba sus temibles colmillos, era capaz de paralizar de miedo a cualquiera y, para el ejército al que pertenecía, era una gran tranquilidad tener a tan feroz ser entre ellos y eso les tranquilizaba sobremanera.
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Almateina
FantasyEn un mundo que se contrae inmerso en la guerra entre dos grandes reinos, emerge una figura que, junto a sus acompañantes, cambiará el curso de la historia, no sin unos cuantos escarceos amorosos y otros tantos chistes malos... Únete a la aventura d...