Capítulo 4 [Editado]

8.5K 340 13
                                    

¿Por qué me iría yo con una persona como él?¿Por qué me dicen justamente a mi eso? No creo que sea una chica importante y mucho menos me había dado cuenta de que se habían percatado de que estaba observando a Jeisson.

Me removí inquieta en la barra y decidí dar un trago largo a mi bebida, el alcohol bajaba por mi garganta. Esperé a que el fuego de la garganta disminuyera, mi garganta poco después se fue calmando y tuve vía libre para seguir bebiendo. Seguramente que después de esto acabaré ebria, con una botella de vodka en mi mano mientras gritaba porque era Bob Espoja cuadrado y no redondo.

Ahora miré por todo el establecimiento, esperando a que Annie o Blanca aparecieran en mi campo de visión, pero no fue así, estaba sola, completamente sola, no es que me moleste ni mucho menos, a fin y al cabo mi vida se basa en la soledad, sin embargo, ahora que tenía compañeras era injusto que me dejaran sola.

Gruñí en mis adentros y pedí otra bebida, cuando esta ya estaba completamente vacía, solo se veía las hierbas y la pequeña lima. Busqué con la mirada a John y cuando por fin lo encontré aparte la vista inmediatamente, John se encontraba con dos rubias —Posiblemente rubias teñidas—. Negué con la cabeza asqueada y me encogí de hombros.

Arqueé la ceja mientras me dirigía a la barra otra vez. Le di un leve grito al mozo y este apareció en mi campo de visión, este era diferente al que me había atendido minutos atrás. El chico tendría diecisiete o dieciocho años como mucho. Su pelo era negro y tenía unos ojos pardo que te atrapaban con la mirada.

—. ¿Tan bonita y tan sola?.— dijo un chico a mis espaldas. Me di la vuelta para mirar a un chico castaño avellana de piel totalmente blanca, tenía rasgos muy diferentes, suponía que no era de aquí.

—¿Tan gilipollas y tan desesperado?.— suspiré derrotada mientras el chico se acercaba a mi.

— Venga nena juega conmigo.— Dijo este oliendo mi pelo. Iba a girarme pero él chico fue apartado de mis brazos.

Miré desconcertada al chico que me había ayudado. Era Jeisson.

‌—. Si la chica te da una indirecta muy directa de que te largues deberías de ser un caballero y largarte.— Escuché que decía Jeisson. Su voz era grave y rasposa pero a la vez era jodidamente sexy, sin duda he de admitir que tenía una hermosa voz.

Jeisson tenía ligeramente el ceño fruncido y una sonrisa perfecta. No sé si estaba gruñendo o si estaba sonriendo, nunca había visto una expresión tan confusa. Hice caso omiso y vi como el chico castaño se largaba caminando a paso rápido.—Cualquiera podría decir que el pobre chico acababa de ver un fantasma.—Sin duda Jeisson intimidaba y mucho.

Me giré en dirección al mozo y a este le pedí una botella de vodka. Eso significaba de que para mí ya comenzaba mi propósito de estar ebria. El chico con una sonrisa me tendió la botella de vodka puro y yo con una sonrisa salí de ahí. Me estaba ahogando con tanto alcohol igual y solo igual debería de dejar de tomar tanto.

Caminé con paso firme a la parte trasera de donde quiera que esté. Miré el jardín, era demasiado grande, estaba adornada de una piscina kilométrica que podía jurar que cambian más de cien personas, habían personas en la piscina, pero también había muchas otras fuera haciendo el qué se sabe.

Me senté en una roca algo alejada de la gente, apenas habíamos llegado y ya tenía ganas de marcharme de esa maldita fiesta. Esto apesta y mucho. Extrañaba mucho a George ¿qué estará haciendo ahora?. Le di un trago largo a la botella abierta , mientras miraba con determinación de detalles cada movimiento de las personas. Un chico me llamó la atención, haciendo que me levanté de un brinco, tenía tanta curiosidad que comencé a caminar con sigilo hacia el chico que había desaparecido, el cual se adentraba al pequeño bosque que tenía la mansión.

Intocable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora