Intocable ©

Extra

Levantarme por las mañanas no es algo que realmente me guste, es más, creo que cualquier persona es este maldito mundo lo odia.

Y más aún odiaras las mañanas si tienes a un patán como mi compañero; John, sí, ¿El chico qué se dedico a meter a sus ligues en una bañera para ocultarlas? Ese mismo.

A pesar de llevar dos años conviviendo juntos, aún seguimos teniendo nuestros roces.

Pero bueno, creo que eso me ocurre con todo el mundo, aún después de superar mi mayor miedo, o "sobrellevarlo" John se ha vuelto mucho más pegajoso e irritable, al igual que Ryder.

Sinceramente, por mucho que los odie, a día de hoy no se que haría sin ellos.

Hoy es sábado, un día común para cualquiera, pero no para mí, hoy me iba de la Universidad rumbo a Australia.

Y no, no estoy loca, llevo meditando mucho esto desde que Jeisson se fue de mi vida, todo ha sido un caos, mi madre, cuando se enteró de que Jeisson tuvo que marchar a "Roma" dio por sentado que yo iba a estar más que destrozada.

Ni negaré ni afirmare que le echo de menos.

Nunca pensé que el abandono de alguien me iba a doler tanto, ni mucho menos pensé que iba a sobrellevar la Afefobia mucho peor, sin embargo, después de haber estado un mes encerrada en mi habitación haciendo lo mismo, llegué a la conclusión de que estaba mandando mi vida literalmente a tomar por el culo.

Por lo tanto a largo de los últimos dos años estuve en terapia, iba poco a poco, a decir verdad, por una vez en mi vida me tomé las cosas con calma.

John y las chicas en ese periodo de tiempo, se encargaron de no mencionarme a Jeisson, lo cual agradecí enormemente y eso, a decir verdad, me ayudo bastante.

Después de escuchar el despertador me levanto a regañadientes, mi vuelo saldrá dentro de un par de horas, por lo cual aún tengo que hacer lo mas importante, y en mi opinión, lo más difícil; Despedirme.

A pesar de venir con la mayor inseguridad del mundo cuando apenas llegué, establecí lazos tan fuertes que de pensarlo me duele, no me va a costar irme, lo que me costará será  no echarles de menos.

Volviendo a la realidad, observo como John sigue durmiendo plácidamente, a lo que mi macarra mente se enciende.

Voy hacia el baño y cojo un pequeño cubo que utilizo para hacerme la pedicura, por lo que lo lleno de agua bastante fría y con cautela me acerco a su cama, y tan pronto me lo pienso por segunda vez, tiro todo el contenido encima de su musculado cuerpo.

John, asustado se levanta de repente y grita.

—.¡Juro que hice pipí en el baño mamá! —Grita a todo pulmón.

Reprimo una risa ante su comentario y cuando John adquiere un enfoque mejor se da cuenta de que realmente no se ha meado en la cama.

—¡No he sido yo, fue el techo que desapareció y comenzó a llover!—Digo con total inocencia y John frunce el ceño.

No puedo negar que nunca me cansaré de hacer esto, aún me sigo preguntando cómo es que siempre se lo traga.

—Jade, por dios, esto dejó de tener gracia hace ya un año—Dice John sonriendo.

Soy tan malditamente irresistible.

—Y aún sigues siendo un patán que se lo traga—Digo riendo a carcajada.

—Tienes suerte de que te vayas hoy, sino estaríad acabada—Susurra alborotando su pelo mojado.

—Bueno, levanta el culo, no falta ni siete horas para que cruce el maldito condado y tenemos muchas cosas que hacer—Digo suspirando, no mentía, a pesar de haber cambiado en varios aspectos, mi vageza nunca ha sido reemplazada, es más, creo que es bastante más grande.