Capítulo 2

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NIKI

Salí de casa, bastante tranquila. Sabía que iba a volver a dejarle ganar a Tania, cosa difícil porque ella bailaba como el culo. Supuse que tenía que bailar a destiempo y sin ganas, y aun así ella sudaría la gota gorda para poder ganarme. Bueno, eso un tanto exagerado por mi parte.

Al final decidí ignorarla, e irme con Jai como habíamos planeado. ¿Inconvenientes? Que para llegar a la plaza tenía que pasar por el callejón seguro... ¿o no? Había un bus que paraba en la plaza. ¡A buscarlo!

Lo encontré fácilmente y subí. El viaje no fue muy largo, y en un momento estuve delante de la plaza. Eran las cuatro y cuarenta. Pues nada, a esperar. Estuve apoyada contra una farola de la plaza, observando los niños jugar a fútbol sin orden alguno, y sus madres sentadas en unos bancos, hablando como cotorras. Nada interesante. Entonces una mano pasó por delante de mi cara. Me giré a un lado esperando encontrar a Jai, pero... Oh, mierda, era Tania.

- ¡Hola! Veo que tienes muchas ganas de perder. Sí que te has presentado rápido-dijo con una sonrisa asquerosa, mientras masticaba un chicle y se echaba el oscuro pelo negro hacia atrás con un movimiento de cabeza- 

- Cállate-resoplé. 

-Oh, vamos, no te enfades todavía. Aún queda lo más interesante-entonces me cogió del brazo y me arrastró hacia el callejón. Yo me vi obligada a seguirla- ¡Va, más rápido chica!

Genial, ahora Jai llegaría, no me vería, esperaría sin fin y se pensaría que le había dejado plantado, después de haberle asegurado mil veces que iba a ir. ¡Maldita sea!

Entramos en el callejón: sucio, olía mal, oscuro aunque por arriba entraba la luz del sol... vamos, todo lo que puedes esperar de un callejón. Allí estaba Shara, recogiéndose su largo cabello castaño en un moño totalmente choni. También estaba la banda de Tania: Karina, Jessica y Jordan. El plan era bailar contra Tania y Karina, los otros dos estaban... para hacer más imponente su imagen, supongo.

Me acerqué a Shara, poniéndome a su lado y en frente de Tania y Karina, más o menos a una distancia de dos, tres metros. Cuando Shara acabó de hacerse el moño choni, se acercó más a mí y me susurró en la oreja:

- Escucha, yo voy a bailar en serio. Así que decide, o ganamos el baile juntas o lo gano yo por ti-su tono de voz era serio y no dejaba lugar a negociación. 

-Pero, Shara... 

-No hay más que hablar.

Volvió la mirada al frente; segura de sí misma. Vale, si ella quería quedar marginada no era mi problema. Yo iba a dejarlas ganar. Entonces Jordan colocó el equipo de música en el suelo: su turno.

JAI

Llegué al lugar donde habíamos quedado Niki y yo diez minutos antes de lo previsto. Como era de suponer, ella no había llegado. Me senté en un banco de la zona, apoyando los codos en las rodillas y mirando al suelo. En casa me había quitado el gorro de lana azul, y ver la sombra de mi pelo revuelto en el suelo era extraño. No sé bien por qué me lo quité. ¿Quizá porque podría gustarle más a Niki sin él? No, eso era una chorrada. ¿Por qué tenía mi aspecto que importarle a Niki? Definitivamente me lo habría quitado para algo y luego no me habría acordado de ponérmelo. Sí, tenía que ser eso.

Entonces mi interior empezó a retumbar débilmente y sentí la necesidad de marcar el ritmo chasqueando los dedos: música. Y venía del callejón. Alguien se estaba midiendo allí. Me levanté del banco y pensé que, mientras llegaba Niki y no, podía entretenerme viendo el duelo, así que me dirigí al callejón.  

Ritmo en la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora