La habitación de las lágrimas - Capítulo VIII (8)

994 14 0
                                    

- ¡Cariño! –Gritó Carmen-.

- ¿Dime?

- Al parecer hay una fuga de agua y la habitación de la niña está toda mojada.

- ¿Cómo? Madre mía si acabamos de arreglarla hace nada.

- Pues date prisa y averigua lo que puede ser.

Marcos asomó la cabeza y vio todo el parquet lleno de agua.

- No lo entiendo. –Dijo en voz baja-.

Su mujer se acercó.

- ¿Qué has dicho?

- Que no entiendo de dónde ha podido salir tanta agua.

- A lo mejor el vecino de arriba se ha olvidado un grifo abierto.

- Puede ser. –Afirmó él-. Voy a averiguarlo.

La puerta de la entrada se cerró y Carmen sintió como la cría se alborotaba en su interior.

- Tranquila. –Canturreaba-.

Un fuerte dolor en la espalda la obligó a doblarse y se inclinó hacia adelante. Se apoyó como pudo sobre el marco de la puerta y se deslizó lentamente hacia el suelo hasta sentarse. Todo va bien. –Pensó-. El agua de la habitación comenzó a ondearse, como si una sacudida de la tierra crease unas diminutas olas, y estas la guiasen hacia todas partes sin sentido. Las paredes comenzaron a ennegrecer, como si la peste las abrazase, transformándolas en un panorama de carbonizados espectros que se diluyen lentamente en imágenes de Rorschach y figuras diversas y deformadas. Nada va bien. –Pensó ahora atemorizada-. Seguramente me he dado un golpe en la cabeza y no me he dado cuenta. Carmen se miró la mano derecha mientras con la izquierda acariciaba su vientre para tranquilizar a su hija. Entonces la extendió y tocó el suelo para sentir la humedad, pero no fue así. La superficie estaba seca y aun así, el movimiento de su mano alteró la superficie que comenzó a removerse bruscamente; como si lo muerto pudiese entrar en contacto con lo vivo y al hacerse, algo extraño sacudiese el todo.

- ¡Dios mío! –Gritó Carmen-. ¡Socorro!

Ahí se encontraba Fernando… observándola. Su oscura mirada, llena de falsas lágrimas, la penetraba a través de la piel y alcanzaba el alma de la niña que crecía en el interior de Carmen. Eva vigilaba. Fernando no deseaba más distracciones, no quería que nadie se volviera a interponer entre su amada y él. No lo permitió en vida, y no lo permitiría en la muerte. Eva lloró de verdad cuando comprendió que el extraño y su amado esposo eran la misma persona; el asesino de su hijo, el que le robó la ilusión y la vida. Se había casado con un envidioso y un malnacido; un egoísta y un perturbado.

Y entonces… Carmen les vio por primera vez, y se le heló la sangre mientras se le apagaba la voz.

Y no os perdáis la nueva saga “El juicio de los espejos” la primera parte se titula “Las lágrimas de Dios” Una aventura, con toques de ficción y fantasía, que transcurre en varios lugares de la Tierra, y también nos guía a través de batallas históricas y acontecimientos singulares. Próximamente encontraréis más información sobre ella y las presentaciones en mi página WEB: www.alexandercopperwhite.com

Y no olvidéis de votar si os ha gustado lo que habéis leído… Gracias a tod@s por leer…

La habitación de las lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora