Destino: Reino de Prusia

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Era una tarde lluviosa cuando al Palacio de Aschach en Prusia, conocida hoy como Alemania llegan una jovencita y su nana sus padres habían pedido ayuda hace unos meses atrás donde gentilmente accedieron los condes prusianos, era 1790.

Se trataba de Madeleine una adolescente huérfana hija del marqués de Launay, que llegaba junto con su nana. Ese mismo día llegaba también el hijo menor de esta familia; Franz de veintitrés años quien servía en el ejército prusiano y venia de vacaciones, aquella tarde ambos jóvenes concordaron en la puerta del Palacio.

—Buenas tardes señoras ¿llevan mucho tiempo esperando ser atendidas?

—Acabamos de llegar caballero —dijo la señora mayor.

La joven lucía algo tímida —venimos desde Francia, Ud. ¿También viene por ayuda?

—De hecho no, vengo de visita... pero que descortés soy permitanme presentarme mi nombre es....

—El joven amo ha llegado — interrumpió una voz era el mayordomo de la residencia mientras se abrían sus puertas. Una vez adentro fueron recibidos por los condes de Luxburg y presentados como debe de ser.

—Pequeña Madeleine recibí la misiva de mi prima tu madre soy tu tío Friedrich graf von Luxburg y ella mi esposa tu tía Gerturd von Hunolstein graf von Luxburg

—Mucho gusto tíos mi nombre es Madeleine Charlotte hija de los Marquéses de Launay de Francia

—Hijo mío ven, ella es Madeleine hija de una prima de vuestro padre estará bajo nuestro cuidado el tiempo que sea necesario

—Hijo mío ven, ella es Madeleine hija de una prima de vuestro padre estará bajo nuestro cuidado el tiempo que sea necesario

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—Claro madre trataremos de hacer grata la estadía de la joven aquí presente.
Es un gusto conocerla ya de manera formal señorita Madeleine mi nombre es Franz Reinhard von Luxburg

—De igual modo, joven Franz

—Espero que en el tiempo que lleven aquí os puedan hacer amistad niños

—Madre... que ya no soy un infante (sonriendo Franz)

—Bien entonces esposa mía dejo mi sobrina a tus cuidados se que lo harás de la mejor manera.

—Estaré en la biblioteca con Franz, necesito tener una charla con él.

—Así será amado esposo.

— Cierto es que Francia está realmente convulsionada ... En fin no creo que nuestra invitada quiera saber de esas noticias incómodas disculpad y siéntese como en casa, con su permiso señoras me retiro —dijo el futuro Conde

Maddie: Mon précieux bijouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora