Seguían pasando los días monótonos de siempre cocinar, tocar piano, arreglar las flores, bordar, pintar cualquier cosa definitivamente algo no estaba bien
—Tía ¿puedo llamar a Astrid?
— Claro querida no hay problema, es mas te doy permiso para que puedas salir a pasear por donde quieras anda mándala a buscar ahora mismo, ya me preocupaba tu apatía
************************************Por otro lado en Berlín
—¿Mandó a llamar General?
—Si prepara a un grupo para acompañar al Rey a una comitiva especial
— Como Ud. Ordene con su permiso
— Concedido
— ¡General!
— Dígame Teniente
— La tropa ya está lista para la revisión
— Muy bien Teniente
— Entendido, a propósito vine personalmente a traerle está misiva es de un miembro de su familia
— Gracias, puede retirarse teniente
—Ya a solas — es de mi Madre
(Terminando de leerla) pero dice casi nada de ella mejor así... ¿Pero a quien quiero engañar?— General... decía — dijo un soldado
— ¿En que momento entraste?
—Disculpe solo era para avisar que ya todos están esperándolo en el patio
—¡Mi corsel!
— Esta listo
—Entonces... andando
***********************************En el Palacio de Aschach-Branderburgo
— Señorita Madeleine la buscan
— Gracias Johana
— Querida Astrid ¿cúanto tiempo sin verte?
— Ni que me digas Madeleine linda ¿como has estado?
— Bien como siempre, vamos a probar unos pastelillos que acabo de terminar
— Si lo hiciste tú seguro que está delicioso
Y fueron a degustar de aquellos pastelillos con un un taza de té
— Me alegra mucho de que ya te hayan quitado el vendaje de tu pie
— Si ya estaba aburrida, en mala hora me torcí el pie
—Y ¿Que sabes de Claudia?
— Nada amiga nada
—Y tú ¿qué sabes de Franz?
—¿Franz? Que debería saber yo
—¡Vamos!... el es el hijo de tu tía
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Maddie: Mon précieux bijou
RomanceElla era Madeleine una jovencita en pleno desarrollo la engreída del viejo Marqués de Launay con un mundo perfecto en la fastuosa corte francesa hasta que su vida cambia por hechos que pasaron a la historia. Una revolución de la cual ella no era cul...