Empieza la nueva vida

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Llegando al palacio Madeleine bajo del caballo y se dirigió a las caballerizas a acicalar al corsel, este acto le pareció extraño a Franz que por curiosidad y por otra razón quizás extraña solo se quedaba contemplándola sin decir nada luego de media hora se fue directo a la cocina pareciendo como si quisiese estar realmente ocupada y sola    

—Mi señor este no es lugar para Ud. — Interrumpió el mayordomo.                              

—Si lo siento sólo que a mi acompañante le dio por cocinar ahora y en serio que me llena de mucha intriga  ver en qué termina esto —Dijo Franz sonriente

—Entonces si me permite le recomiendo no entrar mucho, para no ser descubierto, desde este ventanal puede observar tranquilamente.

—Gracias — dijo Franz quedándose más tiempo ahí cerca a la cocina

Por otro lado...

— Pero niña ¿¿que hace??

—Nada... sólo quiero ayudar

—No se moleste — replicó la cocinera

—No quiero ser un estorbo, comprendan por favor Uds.
Quiero demostrar que soy útil y no una buena para nada

—Está bien Mi niña ¿que nos recomienda hoy para la cena de mañana?

Los ojos de Madeleine se iluminaron —pues... Carré de cordero y Magret de pato.

— Nos tiene que dar la receta y ayudarnos

— Por supuesto encantada de hacerlo
Y en su rostro se dibujó una sonrisa tan sincera tan alegre.

— Eso sí para el almuerzo de hoy haremos algo suave .... Mmm a ver Johana déjeme ayudarte con esto.

Al cabo de un corto tiempo....

— Uhmmm niña... ¿qué es esto?

— No sabía que Ud..... Discúlpeme por no haberla entendido del todo

— Descuida Johana solo te agradecería que me llames por mi nombre ¿si?

Mientras ella ignoraba que había un espectador escondido que no pudo con la intriga y entró a la cocina sorpresivamente.

— ¡Joven!... buenas tardes no lo esperábamos aquí — dijo Johana con sorpresa

— Ehmm ... Sólo pasaba buscando a la Señorita aquí presente puesto a que se retiró de manera extraña de mi compañía.

— Disculpe joven Franz no fue mi intención — dijo Madeleine

— ¡Oh! No te preocupes... no es para tanto

—Si fuese tan amable de servirse, es mi manera de expresar mis disculpas por el mal rato.

Franz se dispuso a probar esa "soupe de parmentier" (sopa típica de Francia) quedando satisfecho.

— Madeleine ¿¡que es esto!? (En tono de asombro) No sabía que tenías esas cualidades
¡Vaya! que estás resultando ser una caja de sorpresas...
Bueno ....gracias estuvo rico

— Eso es sólo un aperitivo primo Franz

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Una de las dos muchachas que estaba con la cocinera dijo en voz baja...
— La marquesita ¿hace bonita pareja con el joven no creen?

—No te metas no son nuestros asuntos— dijo la otra mucama.

—Ya ... mejor acompañenme a la despensa que tenemos mucho que preparar para la cena de mañana, por lo pronto dejemos a la pareja a solas.

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Pasado unos minutos en el pequeño comedor y tras un rato de silencio entre la comida...

— Bueno ahora si con tu permiso me retiro — dijo Franz

— Está bien espero os haya gustado — dijo Madeleine.

— ¡Oh si!... Si, no nos vemos más tarde, será ya mañana en el baile Señorita.

—¿De verás tengo que ir?— dijo pensando para si sola

— Mi niña te estuve buscando vamos la condesa requiere de tu presencia.

— ¡¡Oh si!! mi nana vamos.

Ya en los aposentos de la condesa....

— Querida ven.... Míralo ¿no es hermoso? Es lo mejor que pude encontrar de la manera más rápida.

— Gracias mi señora ... No se habría molestado soy solo una huésped la verdad es que hace mucho tiempo que no llevaba está vida tranquila — Se puso a sollozar y a abrazar a la condesa

—¡Vamos! mi niña llora todo lo que aguantaste hasta este momento, la vida sigue verás que siempre hay un arco iris al final de la lluvia.

— Gracias, muchas gracias Señora Condesa es Ud. Muy amable que sería de mi vida ahora sin Ud. Sin el Conde, sin todos en esta casa, realmente esta huérfana, tiene mucha suerte por estar aquí en estos momentos, y es que hace cuatro meses que partí de mi hogar toda esta travesía aquí fue realmente agotadora y hasta ahora no me recupero.

— De nada mi niña cuenta conmigo en todo y solo decirte una vez más que me tengas más confianza, que nos veas como lo que somos hoy una integrante más de nuestra familia.

— Prometo que no les fallaré y respetaré honrando el buen nombre de esta distinguida familia, Mi señora Condesa.

—¡Bien! entonces no se diga más te dejo sola y recuerda una sonrisa tuya será motivo para saber que estás a gusto aquí.

— Gracias Condesa Gerturd
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Madeleine se dispuso a dar un baño de Tina con agua tan tibia y se relajó en sus más profundas y pasadas memorias

Maddie: Mon précieux bijouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora