Sentimientos encontrados

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En alguna parte de Suecia....

—Hoy se cumple un mes desde que llegamos amigo ¿ya reflexionaste sobre lo sucedido? no puedes huir para siempre

—Si lo sé Jurgen, acabo de recibir su respuesta y estoy algo nervioso por lo que diga

—Si no conociera como sucedieron las cosas diría que estás muy enamorado

—¡Ah no! ¿como crees? Jurgen

— Si hasta yo tuve que escribir esa carta, porque no tenías el valor de plasmar tus preocupaciones amigo Franz

— Cierto es que te la dicte pero lo del asunto del matrimonio fueron "tus palabras"

— Anda abre el sobre y desengañate de una vez... te dejo solo, ya vuelvo

Y Franz empezó a leer la carta una y otra vez

Después de un rato volvió Jurgen

—¿Y quieres hablar o prefieres que el asunto quede ahí?

—Jurgen... ella habla como si no fuese nada y hasta me dijo que lo había olvidado

—Bien... entonces no tienes porque preocuparte

—Más... me llamó cobarde de alguna forma

—Típico de las mujeres cuando niegan pero en el fondo afirman

— Mejor... léela tu mismo

Y leyó la carta Jurgen

—¡Cuánta autosuficiencia! ¡vaya! esta chiquilla si que es orgullosa y a la vez mordaz

—Me dejó peor amigo y con que intención me mencionaba a Karl, como si supiese que me incomoda que lo nombren

— Por lo menos te quita el peso del matrimonio ¿no lo crees Franz?

—Para mi hubiese sido lo más fácil en serio, habla como una libertina por eso será que no le importa tanto

— Amigo no hables así ella, es una muy joven señorita de apenas dieciséis años

—¿Y que Jurgen?... es francesa

—Está bien, sé la fama que tienen pero si ella te escucha y no es cierto será una difamación y te pondrá en peor posición y más aún siendo Karl su nuevo amigo y defensor, es él quién te lleva la ventaja allá y Ud. pues las de perder por andar haciendo juicios de lejos

—Entonces no debo perder más el tiempo e ir cuanto antes

— Así es estimado Franz hazle frente a esa situación y no lo dilates más, dime ¿cuanto tiempo te queda antes de que vuelvas a tus actividades en la guardia real?

—Pues no mucho algo de diez días más o menos.

—Entonces volvamos que yo y termine lo que tenía que hacer hace tiempo

— Gracias Jurgen

— De que nada Franz para eso somos amigos

—¿Y tú prometida ya está mejor?

—Si es fuerte como me dicen todos, ella es el mejor negocio de mi vida

(Alguien escondido por ahí se entristeció al oír está frase)

—Bueno, lo importante aquí es gozar de buena salud sin eso no hay nada

Y se dispusieron hacer maletas ya que el viaje les tomaría casi una semana
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En el Palacio de Aschach habían pasado muchos días en donde Madeleine estaba acostumbrándose a su nuevo vida a las galanterías de Karl a la amistad de Astrid que ahora la frecuentaba más seguido y con la que salía mucho a pasear y comprar

Maddie: Mon précieux bijouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora