Abrí la puerta para que el hombre pudiera subir. Yo no quería, pero mi esposa se aburría en casa y me pidió que lo hiciera.
— Vamos, Margaret, estamos demasiado viejos para esto— le había dicho, pero su decisión estaba tomada.
— Ve y hazlo, a menos que quieras ser tú el que termine con los cerdos esta noche.
Me había mirado con su expresión habitual, labios fruncidos y ojos entrecerrados. Habría resultado cómico si no supiera que hablaba en serio.
Parpadeé algunas veces para regresar a la realidad. El otro hombre me observaba con una sonrisa vacilante.
— Perdón, no pude oírte— dije, señalando hacia mi oreja, donde estaba puesto mi aparato auditivo. — A veces este aparatejo no funciona bien.
Él cambió su expresión, solo por un segundo, pero fue suficiente para reconocer el brillo de la locura tras su máscara de vulgaridad. A Margaret le gustará este, pensé.
Puse el auto en marcha. El extraño, Jay (aunque dudaba que fuera su verdadero nombre), me relató cómo dos hombres lo habían estafado, dejándolo en la carretera solo y sin forma de volver a la ciudad (también dudaba de esa historia, aunque su ropa parecía esforzarse en convencerme).
Doblé a la izquierda. Un silencio profundo e incómodo se instaló entre nosotros mientras conducía. Tomé la segunda salida. Lo miré por el rabillo del ojo, estaba mirando al frente, serio. Seguí recto en el anuncio de Mermeladas Barkley. Moví mi mano hacia la cinturilla del pantalón, listo para agarrar el arma allí guardada. Él hizo lo mismo.
Un momento... ¿él hizo lo mismo?
Ambos retiramos nuestras manos a la vez. Lo miré y él a mi, ambos con el ceño fruncido, ambos confundidos.
Continuamos por otro par de kilómetros así, callados, serios, confundidos. Hasta que llevé el vehículo a un lado de la carretera y apagué el motor.
•••
En el silencio de la noche, se escuchó un disparo solitario.
Me limpié la sangre con un pañuelo gris y volví a guardarlo en mi bolsillo. Levanté la mirada y observé a mi cómplice, la única persona que me comprende, y asentí. Nos pusimos cada uno de un lado del cadaver y juntos arrojamos el cuerpo de mi esposa con sus queridos cerdos.
![](https://img.wattpad.com/cover/148678484-288-k636386.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Pequeños One shots
SonstigesHistorias para mi clase de literatura ✨ De varios temas y géneros con cierta inspiración de Pinterest y Tumblr, donde se ven las cosas desde puntos de vista distintos, y donde no todo es lo que parece.