El sonido de la alarma me despierta, y yo dejo que inunde la habitación; es mejor que escuchar al perro ladrar, o al bebé de los vecinos llorar.
Cierro los ojos intentando aferrarme al sueño de esa noche, en la que paseaba bajo la lluvia en la ciudad, con esa chica tan linda de mi clase. Y sin darme cuenta, vuelvo a caer dormida.
•••
Me despierta el grito de mamá. Me froto los ojos y miro la hora en el celular. ¡Siete y media! ¡Iba a llegar tarde!
Me levanto y me apuro a entrar al baño, esquivando al perro en el proceso. Busco la plancha para el pelo, y cuando no la encuentro maldigo en voz baja: seguro que mamá la está usando. No tengo tiempo que perder, así que salgo y voy al cuarto, donde me pongo el uniforme. Miro de nuevo el reloj: ocho menos cuarto.
El ómnibus pasaba en cinco minutos. En lugar de volver al baño e intentar ponerme los lentes de contacto, agarro de mi escritorio las gafas que uso solamente en casa y salgo lo más rápido posible.
•••
Agradezco silenciosamente a todos los dioses que se me pasan por la mente cuando consigo llegar solamente cinco minutos tarde. El profesor abre la puerta y me deja pasar, pero siento las miradas de todos mis compañeros clavadas en mi, en especial la de ella.
Cuando me siento, me volteo a mirarla, y descubro que no ha despegado su mirada de mi, y que sus ojos tienen un brillo especial que otros días no.
Abro el cuaderno y presto atención a la clase, tomando apuntes cuando es necesario, e intento olvidar lo que vi.
Seguro que lo imaginé, nadie querría estar con alguien roto como yo.
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Pequeños One shots
RastgeleHistorias para mi clase de literatura ✨ De varios temas y géneros con cierta inspiración de Pinterest y Tumblr, donde se ven las cosas desde puntos de vista distintos, y donde no todo es lo que parece.