Lo miré por sobre mis lentes. Tenía la cabeza gacha, y noté que estaba controlando el llanto, aunque no así los temblores que lo recorrían.
Sentí pena por él.
Pero ya estaba hecho, nada podría evitar lo que le esperaba, y él lo sabía tan bien como yo.
Me acerqué. Podía sentir su respiración cada vez menos medida, y supe cuándo el llanto se iba a desatar antes de que sucediera. Cuando me paré a su lado, hablé en tono pausado, como quien habla con un animal asustado.
— Lo siento mucho Federico. Odio tener que hacer esto, pero no me diste otra opción.
Saqué mi mano de detrás de la espalda y dejé la hoja de papel sobre su escritorio, antes de regresar al mío. Me senté, y desde ahí observé a mis alumnos, todos con su parcial final corregido en sus manos.
Casi sin querer volteé a ver a Federico. Estaba en la misma posición que antes, viendo el dos dibujado con lapicera roja en su parcial. Pobre chico, tan listo pero tan poco preparado.
Ahora ya nada se puede hacer, y él lo sabía tan bien como yo.
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Pequeños One shots
РазноеHistorias para mi clase de literatura ✨ De varios temas y géneros con cierta inspiración de Pinterest y Tumblr, donde se ven las cosas desde puntos de vista distintos, y donde no todo es lo que parece.
