Horan | Niall Horan Punk | Book One

Capítulo 5.

Capítulo 5. 

Candice. 

Después de que habíamos reprobado Arte empezó a sonar la campana y todos salieron disparados del salón. 

-Candice, Edward. -Nos llamó la maestra Carlem. 

-Dígame. -Le dije. 

-Qué. -Dijo cortante Edward, imbécil. 

-Como sea, su ensayo fue pésimo. Así que tendrán que hacer otro. -Dijo la maestra Carlem. 

-No tengo tiempo. -Dijo Edward. 

-No me importa Señor Estilos. -Dijo la maestra, me reí por su comentario. 

-Es Styles, no Estilos. -Dijo Edward.  

-Es igual. El ensayo me lo entregaran para mañana, sin falta. -Dijo la maestra Carlem. 

-Si maestra. -Hablamos a coro. 

Salimos del salón. Edward era demasiado imbécil, estúpido y a la vez idiota. Como según él le daba un tipo de ''vergüenza'', quedamos en vernos en mi casa. También, gracias a mis contactos, descubrí que el participaba en carreras clandestinas. Me pregunto cómo le hizo para no romperse la cabeza. Bueno, tal vez sí se rompió la cabeza y por eso así esta de idiota. 

-Hola pequeña Potchi. ¿Cuándo quieres que nos veamos? .-xx Horan. 

-Ni en un millón de años. .-xx Brooks. 

-Iré por ti a la escuela, nos vemos. .-xx Horan. 

-¡¿Qué?! ¡No! ¡Qué vergüenza que me vean contigo! .-xx Brooks. 

-No me importa. .-xx Horan. 

Mientras estaba en receso con Kathe, localicé a Horan. ¡¿Qué mierda hacia aquí?! 

-Oye, ya viste al rubio. -Dijo Kathe apuntándolo con el dedo. 

-¡No apuntes, idiota! -Le grité. 

-¿Por qué? ¿Tan tímida eres? -Pregunto Kathe riendo. 

-No. Simplemente es de mala educación. -Le dije. 

-Ja. Ni tú te la crees, lo último de lo que hablarías sería de educación. No te queda. -Dijo Kathe, maldita. 

-Créeme, que no es divertido. -Le dije. 

-Oh, vamos pequeña Potchi. -Dijo ella imitando a Horan. 

-¡No me digas así, coño! -Le grite. 

-Cierto, solo yo le puedo decir así. -Dijo una voz detrás de mí. 

-¿Quién mierda eres tu...? -Dije para después voltearme y encontrarme con Horan, mierda. La había cagado, bien y bonito. 

-Hola Potchi. -Dijo Horan. ¡Maldito! 

-Coño, no me digas así. -Le gruñí. 

-A mí no me gruñas, perra. -Dijo Horan. 

-Yo le gruño a quien quiero. -Le hice saber. 

-Como sea, par de imbéciles. -Dijo Kathe. 

-Calla puta. -Dijo otra voz. 

-¿Quién coño? -Dijo Kathe, mierda. Sí que la habían liado. 

-No me hinches los cojones y largo. -Dijo el dueño de la voz, y al voltearme, Edward. 

-¿Qué mierda quieres? -Le dije al imbécil. 

-No me dijiste a qué hora. -Dijo Edward. 

-A 15 pesos la hora. -Dijo Kathe.