Horan | Niall Horan Punk | Book One

Capítulo 8.

Capítulo 8. 

Candice. 

Me había quedado dormida después de comer, sinceramente Horan era una gran persona y lo había juzgado mal, planeaba disculparme, pero las palabras no podían salir de mi boca. 

Horan. 

Me lo había repetido millones de veces en mi cabeza, ''no me gusta'' pero no podía quitarme la idea. Ella era hermosa, sincera, amable y sabia como sacarme de mis casillas. ¿Qué me has hecho Brooks? Ella se había quedado dormida en el asiento del copiloto, planeaba llevarla al bosque, quedaba alejado de la ciudad era un paisaje hermoso. 

-Mm... -Los ruidos que hacía Brooks al despertar hipnotizaba. 

-¿Ya estas despierta? -Pregunté. 

-Sí, ¿ya llegamos? -Pregunto ella entrecerrando los ojos. 

-Así es pequeña. -Dije yo sonriendo. 

-¿Estas drogado? -Dijo mirándome raro. 

-No, sal del auto. -Ordene. 

Salimos del auto y ella miraba atenta la entrada del bosque, el sol hacía que se iluminara su rostro, era hermosa. 

-Entra, yo iré atrás de ti. -Avise. 

-Va-vale. -Tartamudeo. 

Ella entro al bosque mientras yo estaba sacando la comida para el picnic quería hacer algo bonito por ella, pero no es que me estuviera enamorando ni nada de eso, simplemente una salida de amigos. Me adentre al bosque mientras llegaba al lago, Potchi se estaba dando un baño dentro y solo traía su ropa interior. 

-¡Hey! -Grite, consiguiendo su atención. 

-¡Ven, el agua esta deliciosa! -Grito ella. 

Enseguida me quite la camisa y la deje en el suelo verde, entre con bóxer, el agua estaba muy fría a decir verdad. Cuando estaba cara a cara con ella, me fije lo hermosa que era. Sus ojos eran hermosos y podía ver mi reflejo, sus pestañas negras y largas tenían gotas de agua, su pecho subía y bajaba al respirar, sus labios estaban mojados y rosados.  

-¿Pasa algo? -Pregunto ella, al notar que la miraba tanto. 

-Eh, yo, no, nada. No pasa nada. -Tropecé con mis palabras. 

-Vale, está bien. -Dijo ella y se notaba que no la convencí demasiado. 

-Salgamos, puedes pillar un resfriado. -Dije, evitando lo de antes. 

Al salir no podía parar de mirarla, traía ropa interior negra que se ajustaba muy bien a su cuerpo, cuando se dio la vuelta pude ver su culo, muy bien formado. También noté que tenía un tatuaje en la espalda, no logre verlo bien, pero tenía algo ahí. 

-¿Qué trajiste? -Dijo cuándo se volteó y dirigió su mirada a la canasta. 

-Sándwiches, bebida, postre, tu sabes. -Dije moviendo mis manos, no sé por qué hacía eso. 

Estuvimos todo el día comiendo y al final comimos el delicioso pastel de chocolate que había preparado mi mamá, sí. Lo preparo mi madre, ¿algún problema? 

-Gracias, la comida estuvo riquísima. -Dijo ella sonriendo. 

-Me alegra que te haya gustado. -Devolví la sonrisa. 

-Dímelo. -Dijo ella. 

-¿A qué te refieres? -Fruncí el ceño. 

-¿Por qué eres tan amable conmigo? -Pregunto ella, la luz de sus ojos desapareció.