~Sinopsis~

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Leyna Moon Lavrov una chica adorable de rasgos finos, ojos escarlata poco comunes pero hermosos, usa lentes pero prefiere los pupilentes para la escuela, su cabello es largo, lacio y de un color blanquecino como la nieve, cuerpo que a simple vista pareciere de porcelana y tan delgado que uno podría pensar que si la tocan se podría romper.  

Despierta viendo el techo de la habitación, aburrida por no ser por algunas estampas fosforescentes que iluminan sus noches al irse a dormir; no hay mucho que ver en la habitación de una joven, solo algunos muebles, paredes pintadas de colores violetas con ciertos dibujos hechos por ella y una pared llena de posters con sus artistas favoritos, nada fuera de lo normal.

Se levanta aun medio dormida, mira su reloj de pared en su habitación y ve que son las 8:15 a.m. despierta por completo y corre a su closet saca una camisa blanca, la abotona, luego una falda negra tableada, se la pone junto a una medias, toma su suéter de la universidad y unas zapatillas negras, baja a toda velocidad a la cocina, se hace un panqueque y toma un cartoncito de leche de sabor, corre fuera de la casa con el panqueque en la boca y la leche en una mano, estaba por cruzar la calle cuando recordó su mochila por lo que regresa corriendo, maldiciéndose por dentro.

-Justamente me tiene que pasar esto hoy?!- se dice para sus adentros a lo que vuelve a salir corriendo, cualquiera podría decir que llega tarde a clases pero no, a ella le gustaba ser la primera en el salón, le gustaba tener un tiempo a solas en el salón de música pues siempre a primera hora tenia clases de música. 

En cuanto tuvo un pie dentro del salón dio un profundo respiro de alivio al verlo solo así que dejo su mochila en una esquina y mientras terminaba su dizque "desayuno" se sentó tomando su violonchelo y al a verse terminado el ultimo bocado comenzó a tocarlo con delicadeza pero al escuchar pasos y risas dejo de tocar se levanto y tomo su mochila se posiciono a un lado de la entrada y saludo cordialmente a cada uno de sus compañeros quienes la saludaban de igual manera aunque algunos otros simplemente la ignoraban. 

¿Que esperarían cuando ella es la chica mas bonita del instituto? claramente algunos le tendrían envidia; como en cualquier lugar del mundo, es usual ver este tipo de comportamientos, pero a ella no le importaba, claramente se había acostumbrado a aquellos desplantes.

En cambio solo sonreía aunque en ocasiones se le podría ver rascándose o sobando alguna parte de su cuerpo, mas específicamente su ante brazo el cual tenia como una especie de rasguños bastante grandes pero estos no eran normales pues pareciese que bajo la piel de ella hubiera cristal, era muy extraño puesto que estas solían resplandecer con luces bastante bonitas; tenia cuatro en total en su antebrazo por lo que siempre solía traer suéteres para ocultarlos.

Nunca se le veía usando ropa sin mangas fuera la época del año que fuera, a muchos les extrañaba pero le restaban importancia puesto la popularidad que tenia la chica le hacia que muchas personas le buscaran. Ella siempre tan servicial, aunque fuese tan linda ella no tenia muchas amistades en el instituto, no es que eso le molestara, para nada pues le agradaba de vez en cuando estar así.

Cada cristal en su brazo tenia habilidades de todo tipo, desde el control de elementos naturales (o de la naturaleza) hasta control de cualquier medio electrónico lo que le daba facilidad de manipular a gusto propio cualquier medio que utilizara electricidad, igualmente podía presentir cosas eso cuando dos de los cuatro cristales se iluminaba y cuando tres de cuatro se iluminaban podía ver el tiempo ralentizado, lo verdaderamente extraño sucedía cuando los cuatro cristales tomaban un solo color que era el negro esto hacia que Leyna tomara una nueva apariencia, si de por si en cada color su ojo derecho cambiaba, cuando prevalecía el negro todo en ella cambiaba, desde su ropa hasta su cabello, solo ocurrió una vez en su niñez y no fue algo agradable, por lo que con el tiempo tuvo que aprender a controlar su nuevo "don" y así es como todo había estado bien hasta aquel día.

CRISTALESWhere stories live. Discover now