Capítulo XIII: La fuerza de nuestra unión

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Era de noche y Yan Da aún no podía conciliar el sueño, estaba muy nerviosa por lo que sucedería el día de mañana, según su padre mañana desposaría a la princesa más hermosa de los tres reinos Lang Shang, y se coronaría así mismo como el rey perpetuo de todos los inmortales.

Pero ellos habían planeado que ese día derrotarían a su padre y con eso liberarían al imperio del hielo de su tiranía, ella estaba ansiosa y un poco asustada, ya que aunque lograran hacerlo ella tendría que volver al reino de fuego con su padre y hermano, debería abandonar a su amado príncipe y eso le dolía, más cuando él no demostró ningún tipo de ansiedad al decírselo, quizás lo que había pasado entre ellos dos para él no fuera tan importante como lo fue para ella, antes él siempre le dijo que nunca se separarían, que la amaba intensamente y ahora cada vez que ella lo mencionaba él la ignoraba o cambiaba de tema viendo como él se ponía incomodo con ella, era como si en tan pocos días un abismo se hubiera interpuesto entre ellos, es más desde el día que estuvieron juntos él no había vuelto a sus habitaciones a verla a solas, solo se encontraban cuando todos se reunían.

- ¿Estoy cometiendo un error al entregarme a él así?, hablo despacio sintiendo como una lágrima descendía por su rostro.

La idea de que Ying Kong Shi solo la había perseguido tan vorazmente solo para que estuviera de su lado cuando trataran de vencerlo, al fin y al cabo ella era muy poderosa y si no hubiera tenido este devaneo con él, ella hubiera estado del lado de su padre contra ellos, pero ahora le había prometido a él y a los demás que los apoyaría en todo, no podía retractarse de su palabra ¿O sí?.

Volvió a dejar caer otras lágrimas sintiendo mucho dolor en su pecho, al seguir pensando en que el en realidad no sentía lo mismo por ella, solo quería cerrar sus ojos y desaparecer el sentimiento que ahora la desolaba, no podía creer que fuera tan idiota, de haberse cegado solo por el primer hombre que le demostraba cariño, olvidando todos sus principios y honor.

Siguió meditando en su dolor hasta que sintió como una mano le acariciaba despacio la cabeza, por un momento pensó que era él su príncipe, que estaba allí por ella, para verla esta noche tan funesta antes del día de mañana, que había venido para calmar su miedos, levantó la cabeza desilusionándose en ese momento porque no era su príncipe, quien estaba allí postrado a sus pies era su pequeño Yu Ling, el cual la miraba triste, incluso una lagrima se desprendía de sus ojos.

Ella solo se levantó alzando los brazos, sin tener que pronunciar ninguna palabra él se lanzó a ellos siendo tomado por ella contra su pecho, ambos nunca necesitaban nada más que un par de gestos para entenderse y muchas veces las palabras sobraban.

- Du bu qui, pequeño le dijo Yan Da acariciando su cabeza dulcemente.

- ¿Por qué te estás disculpando maestra?, le dijo él separándose un poco de ella para poder verla.

- Porque por tu conexión conmigo, debes estar sintiendo mucha pena en tu pecho, le respondió ella.

El termino por separarse y la tomo de los hombros, mirándola con sus grandes ojos le dijo: - Eso no importa, siento dolor porque tu sientes dolor, ese hombre te está causando daño, lo puedo sentir dentro de mi pecho, ¿Acaso él te hizo algo o te dijo algo que te causo ese sentimiento?.

Yan Da suspiró negando con la cabeza: - Él no me ha dicho nada, solo que su actitud estos días ha cambiado, él se vuelto tan distante conmigo como si yo no le importará.

Yu Ling la volvió a tomar en sus brazos, apretándola fuerte contra su pecho: - No importa si a él no le importas, me tienes a mí, siempre me tendrás a mí, si él no quiere estar con nosotros, ser tu esposo y ser mi padre, eso tampoco importa, tu y yo siempre vamos a estar juntos y tu nunca vas a estar sola maestra.

La Verdadera Novia (Yan/Shi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora