La Verdadera Novia (Yan/Shi)

Capítulo XVI: Regresando hacía tus brazos

Tribu de los Dragones de Fuego – más allá del reino de los espíritus

A pesar de lo que todos los dioses inmortales creían la Tribu de los Dragones de Fuego, no habían desaparecido, solo se habían trasladado a otro plano dimensional que se encontraba escondido en las salidas del reino de los espíritus, los miembros del Clan tomaron la decisión de alejarse del plano de todos los reinos inmortales, ya que ellos habían sido cazados como mascotas extravagantes o peor aún había muchos inmortales que los usaban para incrementar sus poderes mediantes los contratos, para luego sus almas ser devorados por ellos.

Yu Ling y Yan Da se encontraban siendo resguardados dentro de esa tribu, el pequeño dragón luego de haber podido transformarse por primera vez, sintió el impulso que lo atrajo a su tribu de origen, ella decidió acompañarlo, porque quería encontrar un lugar donde estaría tranquila y su corazón pudiera sanar.

En este momento se encontraba en el hermoso jardín de la residencia donde se estaban quedando, cuando llegaron se dieron con la sorpresa que su pequeño dragón pertenecía a una de las familias más poderosas y renombradas de su tribu, era hijo del primer señor de la familia Don Wuxia, el cual había decidido irse a vivir fuera de la Tribu, llegando hasta donde antes sus antepasados habían existido, en las cercanías conoció a una hermosa mujer que pertenecía a la tribu del fuego y se enamoró de ella, sellando su identidad como dragón, hasta que ella dio a luz a dos pequeños bebes, los cuales momento después de nacer recuperaron su forma primordial de dragones de fuego, asustando a su madre, la cual en un momento de locura temiendo que había dado a luz a un par de monstruos, termino por acabar con la vida de uno de los pequeños, cuando trato de hacer lo mismo con el otro bebe dragón su esposo la detuvo, ella cegándose por la locura y el dolor aprovecho el desconcierto de su esposo atravesando su pecho con la misma daga que uso para acabar con su pequeño bebe, terminando por cortarse el cuello con ella falleciendo en ese instante, cuando el joven señor entendió que moriría porque el ataque le fue dado directamente a su corazón, tomo a su bebe el único que quedaba con vida llevándolo hasta donde se encontraba el nido que había fabricado para según la tradición de su tribu pasarían sus diez primeros días, rodeados de las piedras rubí de fuego, las cuales estabilizarían su poder interno de fuego para que pudieran tomar la forma humana, dejándolo dentro de él acomodándolo entre las ramas, esperando que un milagro salvará la vida de su pequeña criatura, muriendo en ese lugar siendo su alma llevada a descansar en su reino de lava y luz.

Y ese milagro había ocurrido, el pequeño fue encontrado por Yan Da, la cual lo crió y supo encargarse de él y ahora era un digno espécimen de su especie, incluso al ser un hibrido de ambas tribus, de la del dragón y de la de fuego y al haber realizado un contrato con una real princesa de fuego, podría ser considerado como uno de los más fuertes dioses inmortales, pero no de los más educados, ya que desde su llegada por su actitud fría y traviesa, había dejado desconcertados a los demás miembros de la tribu, ya que ellos eran conocidos por ser seres calmados, serenos y Yu Ling, era todo lo contrario, alegre extrovertido, hacía lo que quisiera en el momento que le apetecía sin tener en cuenta la restricciones del comportamiento decoroso de su tribu y una de las actitudes que más había escandalizado a la tribu fue la de siempre cuando llegaba la hora de dormir, lo hacía con la joven con la que realizo el contrato, todos entendían que el contrato los unía de forma muy cercana, pero llegar a tanto como compartir la habitaciones como si fueran pareja les parecían escandaloso.

Pero a ellos no les importaba, sabían de la relación que tenían los dos, para Yu Ling ella era su madre y maestra, para Yan Da él era su pequeño bebe y nada cambiaría eso, aún menos unos retrógrados hombres dragón.

Ahora Yan Da estaba disfrutando de la suave brisa que era parte del clima cálido de las tierras de la tribu, le gustaba pasar bastante tiempo paseando por el jardín de la mansión, lo único que le molestaba era que las doncellas le dijeran primera señorita, como si ella fuera la esposa de Yu Ling, algo que a él le molestaba, porque en orden deberían decirle primera maestra, refiriéndose a ella como su madre, no como su consorte, pero eso eran minucias para su estado de animo tan tranquilo.