05 de diciembre de 2016.
06:49
San José, Costa Rica.
-¡Jessie, vas a llegar tarde! -le gritó su hermano pequeño, Ian, en el oído.
-¡Ian! -se quejó Jessie, asustada por el grito.
-Faltan diez minutos para que den las siete -informó el pequeño antes de salir corriendo.
-La vida me odia. Es oficial -le dijo suspirando a la puerta abierta.
Perezosamente bajó los pies de la cama, aunque comenzó a correr en cuanto vio su celular y se dio cuenta de que su hermano no la estaba molestando simplemente. Estaba llegando terriblemente tarde a la escuela.
Se vistió lo más rápido que pudo y bajó las escaleras de dos en dos. Su madre estaba en la entrada con las llaves del carro en la mano.
-Te llevo hoy porque vas tarde -le informó mientras Jessie tomaba una manzana y salí a toda prisa por la puerta con la mochila en la mano.
-Gracias mami -le sonrió mientras dejaba las cosas en el asiento trasero y abría la puerta del copiloto.
Para su mala suerte, Ian ya estaba sentado ahí y le sacó la lengua.
Ella le mostró el dedo, cuidando que su madre no la viera y se sentó al lado de sus mochila.
Gracias a su mamá, pudo llegar a tiempo. Bajo lo más apresurada que pudo y entró a su salón tan solo un par de minutos antes que su maestra de matemáticas.
Genial. Matemáticas un lunes a primera hora. Vamos bien, Jessie.
Se sentó al lado de Andrey mientras Mariangel y Emeralda tenían descuidadamente sus sillas de la mesa de entfrente volteadas para estar de frente a sus amigos. Karla y Aaron se sentaban en la mesa que se ubicaba a la izquierda de Jessie mientras Cristian y Ariana iban a otro salón, aunque aún así los veían todos los días.
-Buenos días a todos -slaudó la maestra al entrar al salón.
Todos la ignoraron y siguieron en lo suyo hasta que sacó el libro y comenzó a marcar unos ejercicios. De inmediato todos se sentaron correctamente en sus lugares y sacaron las libretas para comenzar a apuntar.
Ya casi terminaba la clase cuando Andrey comenzó a molestar a Jessie causando que ría demasiado fuerte.
La maestra la regañó y le dijo que se mantuviera callada. Esas eran sus intenciones, pero al parecer no las de su amigo, quien siguió molestándola y haciéndole cosquillas. Jessie intentó con todas sus fuerzas no reír pero era una complicada tarea ya que todo el salón estaba en completo silencio.
Solía ser así con las mestras mas estrictas y más durante la primera hora de la mañana.
Lo bueno es que la clase terminó bastante rápido y Jessie pudo salir sin castigo. En cuanto la maestra dejó el salón, ella golpeó el brazo de su amigo y le reclamó juguetonamente.
La siguiente hora de clase tocaba química y Jessie no tenía ganas de estresarse más por esa estúpida materia así que sacó su celular y comenzó a hablar con Natalia y Marina, ya que Judie y Nerea estaban de vacaciones y por lo tanto, seguían durmiendo. Que suerte la de ellas.
Les contó sobre los chicos que le gustaban, Cristopher y Sebastián.
Jessie: Es que no sé qué demonios hacer. Cris es todo tierno y asdfjdjsjsdhsj pero Sebastián es taaaan hermoso y...
Marina: ¿asdfghjk?
Jessie: Exacto. Es todo tan complicado.
Lametablemente, antes de que pudieran continuar con su conversación, Marina tuvo que irse y debido a que Natalia no se veía tan feliz ante el hecho de que estaba enamorada de dos personas, se vio obligada a guardar su celular de vuelta en su mochila y se dedicó a mandarse papelitos con Mariangel. Justo cuando estaban a la mitad de una conversación muy importante sobre si sería mejor trabajar en un McDonald's o en KFC si reprobaban el examen que presentarían la próxima semana, la maestra salió del salón.
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Marginales.
Novela JuvenilMarina, Jessie, Nerea, Natalia y Judie. Chicas que constantemente se encuentran en malas situaciones. Chicas locas, marginadas, graciosas y consejeras, aunque también a veces manipuladoras, zorras y destrozadas. Entre ellas se dan el apoyo que nadi...