17.

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Ámbar.

"— La única culpable de todo esto es Luna.

  — ¿Pero qué estás diciendo Ámbar? — está vez me miraba completamente decepcionado para alejarse rápidamente de mí— ¿Estás loca o qué, tú de enserio crees que Luna ha sido capaz de hacerte eso a ti? ¡Es mi mejor amiga!

  — ¡Si!— alcé mi tono de voz— ¡Obvio que creo que ella es capaz de hacer una cosa así, lo viene haciendo desde el principio, pero el único que no se da cuenta sos vos!

  — Estas mal...— soltó una pequeña risa irónica y negó con su cabeza para después quitarse las lágrimas ya seca de sus ojos— La neta es que hiciste bien en alejarte de mi, estas completamente loca Ámbar."

Apreté mis ojos al recordar mi última conversación con Simón, hace más de tres semanas que no hablaba con él, no era ni capaz de mirarme a la cara, me odiaba y esta vez de verdad, pero me cueste lo que me cueste le iba a demostrar que yo estaba en lo cierto. A pesar de que no quería volver a estar con él hasta poder recuperarme del todo y cumplir con el plan de Sharon, lo extrañaba ¿Cómo no hacerlo? Sí lo amaba con toda mi alma. La mayoría de las noches venía a cenar con los Valente, de seguro para hacerme la contra, pero yo ni siquiera cenaba, no con ellos, por el único motivo que estaba acá era para intentar ayudar a mi madrina, pero esta ni siquiera me contestaba las llamadas que yo ahora le estaba  haciendo.

— ¿Hola?— pregunté al otro lado del teléfono, está vez con la esperanza de que mi madrina estuviera detrás de este después de mil intentos fallidos y por fin lo estaba, lo había notado por su forma de respirar tan insoportable pero era la misma que tanto extrañaba escuchar— ¡Por fin me atendes!— alcé mi tono de voz esta vez— Necesito que vuelvas de una vez, así me puedo ir de esa casa, no soporto más vivir con la familia de Luna y Alfredo, te lo pido por favor, son inaguantables.

— Ámbar por favor te pido yo, si te atendí no es para que me estés reclamando cosas, te quedas ahí porque sabes perfectamente que necesito información.

— Que poco que te duro la historia de la mama buena ¿No?— escupí con un poco de resentimiento y dolor en mi voz, quería que vuelva, era lo más cercano a una familia después de Gema que tenía y a esta última hacía tan solo unos meses que la había encontrado— No tengo ninguna información que darte, son una familia feliz nada más yo necesito que vuelvas, me quiero ir de ahí, por favor, necesito recuperar mi vida.

— ¡Ámbar, basta!— me retó como hace años no lo hacía y baje mi cabeza — Si tanto te queres ir andate, vas a cumplir veintidós años, estás casada, volve a tu casa con tu marido o pedile ayuda a tu mama.

— ¡Mi relación con Simón se volvió una mierda!— confesé con todo el dolor del mundo— ¡No me quiere ni ver y tampoco puedo hablarle a quien dice ser mi mama por qué al parecer también me odia!— apreté mis ojos y una vez más me volvía completamente débil — Lo único real que tuve siempre fuiste vos, te necesito a vos y vos sos lo más cercano que tengo a una mama.

— Entonces, si tanto me queres, quédate y ayúdame con la venganza porque falta muy poco para que nos volvamos a ver.

— ¡Es que a mí no me importa la venganza, me importas vos!— un silencio invadió la conversación después de mis palabras— ¿Madrina?— pregunté con la voz totalmente quebrada— ¿Mamá...?— y cerré mis ojos al escuchar el tono que me indicaba que esta ya había cortado— ¡Ah!— grité con todas mis fuerzas y rápidamente tire el celular contra el suelo.

— ¿Ámbar?— escuché la voz de Simón entrando a los lockers y una vez más bajaba mi cabeza ante él, no quería que me vea así de triste y mucho menos ahora que se acababa de posicionar frente a mí— Tu celular...

Tenernos. {Simbar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora