Percy Jackson la estación fría

Traición

Hola, aquí Percy Jackson. Sí, soy el héroe del Olimpo.

Pero eso no viene a cuento ahora. Lo importante ahora es que ¡voy a declararme a mi listilla! Ya sé que somos muy jóvenes pero, siendo semidioses, no es que tengamos una esperanza de vida muy alta.

Tenéis que ver el anillo. Es de plata con una perla muy bonita que encontré en el palacio de mi padre, y con dos diamantes grises a cada lado. Me ayudó a fabricarlo Hefesto, y tiene la bendición de Atenea. Sí, habéis oído bien, he conseguido su bendición. No fue tarea fácil, pero haría lo que fuese por mi listilla. Atenea me encargó hacer las labores de Hércules, pero aún así mereció la pena.

Ahora mismo estoy volviendo al campamento. Tengo tantos nervios que creo que podría dar una vuelta entera al campamento y seguir teniendo muchos nervios.

Creo que pasa algo. Todo el mundo me miran raro, como si les hubiese traicionado o algo. Bueno, me da igual y, además, no me extraña teniendo en cuenta que he estado afuera unos dos meses.

Creo que me voy a duchar antes de ver a mi listilla. Tengo mucha mugre encima.

Total, que me ducho y me dirijo a la cabaña de Atenea y toco a la puerta. En vez de mi listilla, me abre Malcom.

"¡Hey, Malcom! ¿Has visto a Annabeth? Le tengo que decir algo muy importante." Le pregunto.

"Creo que está en la playa. Ahora, por favor, vete y que no te vuelva a ver." me responde con el ceño fruncido.

Vale, eso si que ha sido raro. Pero bueno, ahora tengo que hacer una cosa muy importante. Después averiguaré qué en el Hades pasa.

Cuando llego a la playa veo a dos personas besándose como si no hubiese un mañana. Uno de ellos es mi medio hermano Jake Seaver y a la otra persona no la veo bien. Me acerco y veo que es una rubia con el pelo rizado. Espera... es... ¡Annabeth!

"¡¡¿Qué en el Hades está pasando?!!" Pregunto más bien grito.

Los dos se me quedan mirando sorprendidos cuando Annabeth reacciona primero.

"Es que solo te he utilizado para ganar fama. Pero con Jake es una cosa diferente. Le amo. La verdad es que nunca me has gustado. Eres tan idiota que lo acabas de descubrir ahora y no antes. Eres patético 'sesos de alga'." Me dice Annabeth.

"Eso Jackson. Ahora yo soy el héroe del Olimpo y tú no." Se mofa Jake.

"Ríndete ahora, bastardo." Me dice mi padre Poseidón. ¿De dónde han salido los dioses y diosas del Olimpo con los semidioses griegos y romanos? " Sabemos que eres un traidor. Sabía que eras un inútil. Solo eres un error de la naturaleza."

"Incluso yo me avergüenzo de que nacieras" dijo alguien.

"¿Mamá?" Pregunté al reconocerla.

"No me llames eso. Solo eres un error"

Vale, eso dolió.

"Eres un falso. Dejaste a mi hermana morir. ¡La dejaste morir, Jackson! Ojalá estuvieses muerto." Me grita un Nico muy enfadado.

"¡Te odio! ¡Creía que eras diferente a los demás chicos, pero ahora sé que no es verdad!" Grita Thalia.

"Creía en ti, pero me equivoqué." Me dice una Hestia muy triste.

Y así es como me pagan por haberles salvado el culo dos veces.

"Yo, Zeus rey del Olimpo, te destierro por tus traicioneras acciones" Y ahí va el rey del drama.

No me creo que esta sea mi familia. Mejor dicho, era mi familia.

Ahora lo entiendo.

Los sentimientos débiles como el amor no sirven para nada. Solo para hacer daño. Es mejor no tenerlos.

Es mejor así, porque no te pueden hacer daño.

Lo más triste es que los únicos que te pueden traicionar son tus seres queridos.

Me voy, para no volver. Me voy, para que no me duela. Me voy, porque no tengo nada más. Me voy, porque nadie ni nada me retiene más aquí. Pero, sobre todo, me voy para no sentir traición, para no ser débil.

Adiós, dioses y semidioses. Adiós, mi antiguo hogar.