Percy Jackson la estación fría

Con capuchas

(Annabeth)

Estaba paseando tranquilamente por la playa. Aunque no pasaba nada, algo me daba mala espina. No había señal de ningún monstruo desde hacía semanas.

"¡Nos atacan!¡Nos atacan!" Va gritando un campista.

Ya decía yo que pasaba algo raro en todo esto. Entonces me fui a la entrada del campamento y vi como a 14.000 monstruos, 4 titanes y 2 gigantes liderados por Kronos.

"¡No puede ser!¡A Kronos le vencimos ya!¿Cómo puede haberse reformado tan pronto?¿Cómo puede haber reunido un ejército tan grande?" Decía histéricamente Grover.

Por lógica, seguro que perderemos tal y como estamos. Pero al menos moriremos luchando.

"¡Rendíos ahora y os mataremos rápidamente!¡Si no lo hacéis, sufriréis hasta que pidáis piedad!" Nos advirtió Kronos.

"¡No nos rendiremos! Le gritó Jack a Kronos. Después se giró y me mira a mí diciendo. "Venga Annabeth, conmigo no tienen ninguna oportunidad."

"Déjame, inútil. No podrías ni a una cría de monstruo." Le dije con asco.

"¡Ja! Sin Perseo Jackson no tenéis ninguna oportunidad de vencernos. Primero os salva en dos guerras y después lo echáis fuera como si fuera basura. Aunque en eso os tengo que dar las gracias, ahora podemos destruir el Olimpo. Sin él, vuestro héroe, no sois nada. Conquistaremos todo, incluso el universo y las estaciones." Se burló Kronos.

Entonces aparecieron los dioses y diosas del Olimpo. Todos con sus armaduras puestas y bien armados, preparados para el combate. Al menos ahora tendríamos la oportunidad de vencerlos. Aunque los venciésemos, tendríamos muchas pérdidas.

"¡No nos venceréis!¡Ni aquí, ni ahora, ni nunca!" Grita Zeus a pleno pulmón.

"Pues preparaos para sufrir, diosecillos." Se ríe Kronos.

Pero, de momento, se empezó a levantar una brisa primaveral. Y unos 1.000 monstruos mueren de golpe.¡¿Cómo pudió pasar esto?!

En cuanto el polvo que dejaron los monstruos se despejó, se pudieron ver unas plantas que crecieron de golpe y que parecían que se habían enrollado a los monstruos ahora muertos estrujándolos sin piedad.

"¡Bien!¡He llegado la primera!" Gritó de pronto una chica.

La chica apareció de la nada. Ella tenía una voz dulce y agradable, pero no se podían diferenciar más rasgos característicos en ella, pues llevaba una capucha puesta.

"¡¿Y tú quién eres?!" Grita un muy enfadado Kronos.

"Yo soy Primavera, y te vas a arrepentir de haber dicho esa mentira tan gorda de que nos vas a conquistar." Respondió Primavera.

"Me da igual quién seas. ¡Atacad!" Ordena Kronos.

"Pero si fuistes tú quien preguntó que quién era, ¿có te va a dar igual? Qué raro eres." Dijo mofándose Primavera.

"¡Agghhh!¡Acabad con esa niñata!" Se enojó Kronos.

"¡Qué calor!¡Apolo, deja lo que sea lo que estés haciendo!" Grita Zeus.

"Pero si yo no soy." Se ofendió Apolo.

"¡Hey, Prim!¿Cómo lo llevas?" Dice de repente un desconocido.

"¡Ya te he dicho muchas veces que no me llames así!" Le grita Primavera al nuevo sujeto.

El desconocido también llevaba capucha, por lo que no pude saber cómo era.

"Pero si sabes que te gusta, Prim. No lo niegues"

"¡Eres imposible!"

"Bueno, ahora toca presentaciones. Hola, soy Verano, ¿qué pasa tíos?"

"Imposible. Imposible e idiota, eso es lo que eres."

"Ouch. Eso me ha hecho daño de verdad. Justo aquí, en mi corazoncito."

"Bueno, al menos sabemos que tienes corazón, porque cerebro no tienes."

"¡Ya basta!¡Atacad de una vez vosotros, zopencos." Se cansó Kronos.

Entonces, Verano creó una espada amarilla que desprendía mucho calor y, con ella, mata a unos 1.500  monstruos en un abrir y cerrar de ojos.

"El único zopenco aquí eres tú." Dijo Verano.

"¡Hey!¡No me dejéis sin diversión!" Dice una voz femenina.

Esta también llevaba una capucha que le ocultaba la cara. Ella hizo un movimiento de brazo y una hojas marrones, amarillas y naranjas formaron varias armas. Y estas empezaron a matar monstruos hasta acabar con al menos unos 3.000 monstruos.

"Hola, soy Otoño. Y solo mis amigos tienen permiso para llamarme Fall."(En inglés, Otoño es Autumn o Fall) dijo Otoño.

"¿Y dónde está ahora este?¿Por qué siempre llega tarde?" Preguntó Verano.

"Yo no diría nada si yo fuara tú.¿No recuerdas lo de la última vez? Además, yo ya estaba aquí mucho antes de que llegarais vosotros, pero quería ver qué pasaba antes de intervenir yo." Dice otro desconocido.

Este, otra vez, llevaba una capucha. Pero su voz era muy fría, tan fría que parecía que te cortaba.

Entonces, el desconocido chasqueó los dedos  haciendo que unos 4.000 monstruos se congelasen. Y, con un arco de hielo que creó él, empezó a disparar flechas de hielo, que aparecían cada vez que él tiraba de la cuerda del arco, haciendo que los monstruos congelados se convirtieran en polvo azul.

"Me presento para los que no sepáis quién soy. Yo soy Invierno."
"¿C-cómo habéis hecho eso?" Preguntó asustado Kronos.

"Fácil, somos las estaciones." Dijeron los cuatro a la vez.

Vale, eso dio mucho repelús.

"¡Retirada!" Gritó el muy cobarde.