Enamorado de un espía

EL CHICO DEL AVIÓN

Todo era realmente una locura; la noche anterior le habían pasado mil cosas y de repente, despertaba en su apartamento en Boston, con la misma ropa pero arropado en su cama como si nada, no podía tratarse de un sueño, no, estaría loco. En la diatriba, retirando la cobija y tomando sus lentes, pudo ver una pequeña nota encima de la mesa de noche que decía, confirmando lo sucedido:

Recuerda todo lo que te dije... Cuídate mucho... Atentamente, Sasuke.

–Teme baka, ¿cómo supo donde vivo? –Viendo como al otro lado de la cama, estaba un perfecto omelet recién hecho, que ocultaba otra nota deseándole buen provecho– ¿Quién eres Sasuke? –Sonriendo para sí al olfatear el aroma estupendo de aquel desayuno–. Bueno, creo que iré al hotel de la conferencia para verificar la fecha, sí, eso haré... Ya tendré tiempo de pensar en esto –Tomando su ropa y terminando de desayunar para encender su viejo auto e ir a uno de los hoteles más prestigiosos de todo Boston, El Shinobi Service Hotel.

Todo en las calles era como de costumbre, la señora que paseaba su perro en el viejo parque, la panadería haciendo esos dulces que le volvían loco cada vez que iba al lugar, y los gritos de los niños, que jugando con sus mascotas y pelotas corrían de un lado a otro divirtiéndose, como siempre... Al llegar, pudo ver como su viejo amigo Kiba, aun trabajaba en el hotel, solo que ya no era el que limpiaba los baños sino el encargado de llevar el equipaje puesto que veía en su broche el nombre de Botones.

–Naruto, ¿eres tú? ¡Tanto tiempo! ¿Qué? Ya estás graduado supongo ¿? El mejor médico de todo Japón Jeje, Tsunade- Sama te espera adentro. Al parecer la conferencia fue aplazada para la próxima semana, pero hoy es miércoles así que no hay problema si esperas un poco más –Mientras le regalaba una enorme sonrisa a su viejo amigo.

–Jeje, no, en realidad no; me vendría bien un descanso dattebayo, me alegra estés bien, luego hablamos, si llego tarde seguro se molesta oba-chan, hasta luego –Dejando al chico que atendía cortésmente a un huésped recién llegado.

Al entrar, logró contemplar aún más lo hermoso del lobby del hotel; el tiempo fuera habría hecho que todo luciera como si había estado acabado de redecorar; con grandes muebles de decorado egipcio se regía imponente alrededor de una fuente de cristales hermosos; que más que una fuente, cumplía la función de iluminar el sitio debido a las luces de neón que incrustadas en las hermosas piedras, lucían brillantes, dándole al lugar un toque romántico y un tanto antiguo.

Al llegar, el rubio entregó sus credenciales a la recepcionista mientras una hermosa mujer salía del departamento para saludarle y llevarle al área de piscina.

–Tsunade Oba- chan ¿Cómo has estado ttebayo? –Dándole un gran abrazo pues ella había sido la encargada de él como su tutora tiempo después de fallecidos sus padres.

–Naruto, estaba tan preocupada por ti, agradezco que me hayas llamado y dicho que el vuelo no salía a esa hora, eso me tranquilizó un poco. Vi que tu primer vuelo se estrelló y parecía que me hubiesen arrancado el corazón de un tajo, luego recordé que no habías podido subir, ¿estás bien? En la televisión dijeron no hubo sobrevivientes, todo el hotel estuvo preguntándome, al pendiente, que terrible accidente...

–Je... Eto... Pues no, estoy bien dattebayo; pero lo que pasó allí no lo vas a creer, Oba- chan, yo si iba en ese vuelo, un muchacho como de mi edad asesinó a todos porque ellos querían asesinarnos a nosotros y luego me dio un vaso de alcohol, y ya sabes cómo me pongo si bebo. Entonces el avión comenzó con las turbulencias y fue cuando él se encargó del aterrizaje forzoso, pero gracias al cielo manejaba muy bien dattebayo, por eso no tuve gran problema pero fue horrible Oba- chan. El campo de maíz parecía explotar en mi cabeza y luego...