Enamorado de un espía

NO ES PROFESIONAL

Las cosas no tenían por qué cambiar, el que un oficial fuere prófugo de la justicia no quería decir que toda la CIA tuviere que dejar de trabajar. Muchos se encontraban en misiones mientras otros permanecían en oficinas secretas, realizando investigaciones o rastreando objetos y personas desaparecidas. Todos los departamentos de la agencia central de inteligencia, operaban en conjunto con las embajadas americanas, teniendo sedes en todas partes, unas públicas y otras que solo el gobierno conocía. El objetivo principal de sus miembros, siempre había sido recopilar información sobre gobiernos extranjeros, corporaciones e individuos; analizar esa información junto a los otros datos recogidos por sus agencias hermanas y proporcionar una evaluación sobre inteligencia para la seguridad nacional, para que así Estados Unidos enfocara correctamente sus políticas, sin contar con el sin número de operaciones tácticas que siempre se daban en el más estricto silencio.

– ¿Qué has encontrado Temari?

–No lo sé Hinata, es difícil hallar algún indicio. El desgraciado tiene todo su historial limpio de obscenidades, ja, como si no le conociera... Nada más la forma de mirar a Sasuke era repugnante; hmm, bueno, de adolescente fue muy rebelde, aunque un genio pero, no tiene ninguna mancha en su expediente –Sentándose cansada de buscar entre los archivos y la data correspondiente a los miembros ocultos de la CIA– ¿Y han sabido algo de Sai? ¿Ha pasado algo?

–No... Gaara envió un escuadrón a buscarle, al parecer se dirigía al tren en donde fueron vistos Sasuke-kun y ese doctor, pero no sabemos nada más –Mirando con timidez a la rubia, quien tomando su taza de café, se encontraba furiosa viendo como Orochimaru entraba en la oficina de su hermano. El andar despacio y arrastrado de aquel hombre le calaba en los huesos, le detestaba.

–Gaara debe estar furioso y no es para menos. Desde que ese Orochimaru está trabajando en el puesto de espía rango A y el directorio de operaciones, ha habido muchos problemas; entre ellos, la situación del Uchiha, es raro pero no confió ni confiaré jamás en esa serpiente –Dijo retomando los papeles y las carpetas–. Por eso debe haber algo, algo que compruebe su culpabilidad. Sasuke jamás mentía, no está en su naturaleza mentir aunque pueda ser el ser humano más cruel al decir la verdad. Varias veces quise romperle la nariz por cretino –Separando el expediente en dos partes–. Ayúdame con esto Hinata, en estos archivos algo ha de haber... –Decía mientras desde la oficina del gerente de la CIA, su propio hermano; voces y órdenes a regaña dientes, se escuchaban hasta el pasillo.

El ambiente no era nada dulce allí, en frente se hallaba uno de los mejores espías que jamás ha pisado la CIA, la persona que, solo, logró atrapar a todo un escuadrón terrorista y quien ahora se encontraba sentado en su silla, la misma que muchos habían anhelado por años de intenso trabajo y que ahora, le era encomendada por el alto mando, el senado y los representantes de casi todas las direcciones de la agencia.

–Le estoy hablando Orochimaru ¿Por qué le envió a él a esa misión? ¿Por qué? –Sintiendo como si no se contenía, podía matarle en ese mismo momento.

–El mismo me lo pidió y Ud. Sabe lo capacitado que es el oficial Sai. El Uchiha es su amigo y el me pidió desesperadamente ir en su búsqueda. Insistió mucho y bien podía servir de mucho para dar con el paradero de Sasuke. Además, pensando objetivamente, el oficial Sai era la persona indicada para ir tras él; le conocía, es además uno de los mejores espías de la organización y como usted mismo siempre dice: Es alguien en quien confiar –Mirando como el pelirrojo bajaba la cabeza y una lágrima caía sobre el escritorio–. Sé que usted y el tienen una relación algo especial, pero era mi deber. Nadie mejor que su persona para comprender mi situación y todo lo que conlleva el papeleo, el trabajo en conjunto con los departamentos, además de...