¿QUIÉN ERES SASUKE UCHIHA?

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Naruto comenzaba a despertarse debido al frio del aire acondicionado, al parecer había estado dormido por media hora puesto que cuando se despertó, su reloj marcaba las 21:50pm... Todos en el avión estaban dormidos; ya que no tomaría el sueño en algunas horas debido a la costumbre de pararse siempre en la madrugada por una emergencia en el hospital, decidió entonces voltear a ver si el azabache estaba dormido, pero este no se encontraba en su asiento.

–Qué raro ttebayo, seguro está en el baño. Lo peor es que me están dando ganas de ir –Tratando rápidamente de cerrar las piernas y aguantar mientras el azabache regresaba–. Hmm, es el único lugar donde puede estar, ya no aguanto... –Levantándose de su asiento para tratar de ver si el azabache saldría pronto del baño–. Tocaré a ver si así se da cuenta de que yo también tengo necesidades fisiológicas –Pensaba mientras caminando lentamente hacia el baño, se dio cuenta de que uno de los hombres que permanecía dormido en su asiento tenia los lentes rotos–. Pobre hombre, seguro no se dió cuenta y se los puso así –Quitándole los lentes para acomodarlos y después ir a tocar la puerta del baño– Oye Sasuke, necesito ir al baño, ¿podrías apresurarte por favor? –Susurrando mientras sintió como alguien tomaba su hombro desde atrás y emitía un grito asustado.

–Ve, yo te espero aquí, debo hablar contigo de algo very important, Naruto.

–Teme, me asustaste. Senti como si me tragara la lengua –Susurrándole aun asustado para sacarle la lengua en un gesto bastante infantil.

– ¿Por qué susurras? –Mirándole extrañado.

–Esos pasajeros están durmiendo –Haciéndole seña para entrar al baño sonriente mientras el azabache le esperaba fuera con dos tragos del mejor coñac que tenia la azafata en su nevera.

Tras unos minutos y comprobar que todo estaba bien y al ver que el rubio salía del baño, le tendió su vaso y bebió el suyo de un trago. No era la mejor bebida que había tomado en su vida, pero estaba bastante bien.

–Hmm, no gracias... No tomo –le decía, mientras agradecía el gesto con una sonrisa.

–Te lo dejaré aquí dobe; después de todo lo necesitaras –Siendo tan serio como siempre, acompañando al rubio para sentarse junto a él observándole con una mirada llena de comprensión y tranquilidad.

– ¿Qué sucede? Si es por el coñac, lo siento, es que yo no tomo porque...

–Sé que esto te sonará algo difícil y una locura, pero... Hmm... Trataré de que todo pase sin contratiempos y de que mañana estés haciendo tu diligencia sin falta, lo prometo y no te preocupes –Tocando los hombros del rubio tratando de ser lo más explícito con él, mientras el avión tenía una y otra turbulencia.

–El vuelo después de todo si será difícil ttebayo –Sintiendo como el avión tomaba, cada vez más, turbulencias muy fuertes–. Jeje, solo necesito llegar a Boston rápido porque pasado mañana abra una conferencia muy importante a la que estoy invitado como ponente ttebayo.

–No me gustan las conferencias –observándole extrañado–, pero bien; no era de eso lo que quería hablarte. A ver, ¿cómo te explico? quiero que estés tranquilo y confíes en mí. Lo diré sin rodeos: Todos en este avión están muertos, solo estamos tú y yo para pilotearlo; necesito que estés tranquilo y no grites porque...

–Jajajaja... Si serás teme, si quieres que beba contigo no tienes porqué inventar algo como eso, no te preocupes, no temo a las turbulencias, al menos no tanto –Mirando esa expresión de "no te entiendo" clara en el rostro de su compañero de asiento–. Aja, ¿y qué paso? Jaja, ¿el piloto se ahorco o algo parecido? Jaja –Decía entre risas mientras el azabache comenzaba a impacientarse.

Enamorado de un espíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora