LA BENDITA LLAMADA

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El amanecer había llegado, el restaurant aún estaba cerrado pues era muy temprano y aunque el trabajo a esas horas no era tan necesario como en las noches, el chef acostumbraba a visitarlo para supervisar que todo estuviera listo. El clima se tornaba cálido y aquel día servirían ponches helados como regalo para los comensales.

–Shikamaru... Come here –Gritándole al pelilargo desde la cocina, mientras desde su celular, observaba en varias cuentas de twitter una noticia que envolvía al azabache. Ésta recorría el país y cada uno de los medios televisivos conocidos–. Look at that! La policía está buscando a Sasuke. También está en el twitter de CNN.

–Pero ¿qué tiene que ver Sasuke con Canadá? ¿Dicen algo de Naruto? –Viendo como todo apuntaba a qué le habían visto en Canadá y el gobierno de Estados Unidos solicitaba poder buscarle con todo un cuerpo de oficiales preparados para atraparlo.

–I have no idea. The news dijo que es prófugo de la justicia y Estados Unidos había pedido a Canadá la ayuda para extraditarlo apenas sea apresado. It's terrible... I go to the kitchen. Esto me provoca ansiedad.

–Si, poco a poco se hace más problemático todo esto, querrán aplicar todo el peso de la ley. Naruto debe estar al margen, pero ya saben sobre él. Ojalá Sasuke y Naruto estén bien. Pronto seguro vendrá a buscarme. Debo estar cerca del diamante, Sasuke lo sabe. Por cierto, ya reparé la licuadora. Tenía un problema con el motor, pero se podía solucionar sin necesidad de comprar una nueva.

–Thanks my friend! And yes, you're right about the guys. Voy a preparar hot dogs, do you want one? –Mientras colocaba las salchichas en una olla hirviendo, con agua y ramas verdes, viendo al pelilargo asentir para ayudarle con las salsas y todo lo demás.

Mientras tanto, el calor y la fatiga se adueñaban del cuerpo del rubio; luego de abrir sus ojos, se encontraba en un cuarto bastante raro, seguramente de algún hotel y todo parecía darle vueltas, era muy extraño pero el calor que hacía no era normal y el ambiente en el que estaba adornada la habitación, era de origen árabe. No conocía ningún hotel con ese ambiente en Bostón y en Canadá se suponía debían permanecer ocultos en algunos sitios nada parecidos a este. Siempre se había considerado casi un erudito en cuanto a redes hoteleras.

Las ventanas en forma de pirámides parecían haber sido hechas por un experto, talladas en madera fina, se encontraban muy bien adornadas por cortinas de color dorado. Todo en la habitación parecía ser muy costoso pero ¿qué había pasado? Todo lo que recordaba era que luego de estar con Sasuke en ese jardín, habían tenido que esconderse en una especie de casa abandonada y se había quedado dormido; cuando despertó, este le ofreció una bebida, un momento...

– ¡Maldito teme! ¿Me drogó de nuevo? –Parándose con temblor de la cama para ir rápidamente abrir la ventana–. ¿Qué demo?... Esto es...

–Sí, estás en El Cairo –Viendo como el rubio miraba con asombro la ciudad, mientras de un momento a otro se mareaba perdiendo el equilibrio–. Gomen, te di mucho OmegaC13, los efectos secundarios pueden ser mareo e incluso vómito, pero hasta ahora has estado bien ¿cierto? –Mientras corría para sujetarle y llevarlo a la cama–. Has dormido por casi dos días y es lógico que estés débil, te traeré algo de comer dobe. Vuelvo enseguida –Saliendo de la habitación mientras al rubio todo le daba vueltas en la cabeza.

–Egipto, ¿Qué hacemos aquí ttebayo? –Tratando de pararse en vano pues débil aun, volvió a marearse cayendo nuevamente en la cama–. Estoy débil dattebayo, de ahora en adelante no tomaré nada que me de ese teme –Pensaba mientras el azabache entraba con una enorme bandeja llena de frutas, vegetales y algo parecido a maná del cielo, o al menos así lo era para él.

Enamorado de un espíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora