Capítulo 17 | Pruebas

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Melissa

Nunca estaremos listos para perder a un ser querido y nunca sabremos valorar a una persona hasta que la perdamos. Yo no sabia lo importante que era Christian en mi vida, claro, era mi hermano menor y lo amaba con todo mi corazón, pero jamás me imaginé que me sentiría tan vacía sin él...tan muerta.

Caí en su trampa. Me dejé engañar y mientras creía que tenia el control de la situación, realmente solo estaba entrando más a fondo en su juego. Eso es lo que significa esto para ella, un juego y está utilizando el "bullying" que sufrió en el instituto para seguir como la victima, pero eso ya no se va a quedar así, antes aun me encontraba en la burbuja de la sorpresa, sentía que esto acabaría pronto...o bueno, eso es lo que me repetía a diario.

A partir de ahora terminará su juego y comenzará el mío, uno en donde se jugará bajo mis propias reglas. Christian no murió en vano y si tengo que mancharme las manos para vengar su muerte, lo haré.

-No puedo creer que realmente tengamos las pruebas-dijo Leonardo por lo bajo mientras observaba la carpeta repleta de fotografías mientras que en la caja se encontraban distintos USB con grabaciones.

No respondí. Simplemente quité la carpeta de sus manos y volví a guardarla en la caja. La cerré y se la entregué.

-Vámonos-dije caminando de regreso a la camioneta de Leonardo.

Había pasado una semana desde que Christian murió, desde que se confirmó que había sido envenenado.

Todos esos días recibí llamadas sin parar de Daiana y de Amanda. Ambas las ignoré.

Amanda había matado a mi hermano y no podría escuchar su voz sin tirar el celular, seguramente sus llamadas eran para amenazarme pero realmente ya no le temía, ya no tenía el miedo de saber que pasaría después, ya no sentía nada de eso.
A Daiana no le contestaba por una simple razón, rencor. Si ella me hubiera dicho lo que sucedía con Christian sin haberse marchado, él seguramente estuviera vivo.

-Melissa, estas comenzando a preocuparme-dijo Leonardo metiendo la caja en la parte trasera de la camioneta sin subir.-Toda la semana has estado como zombie, no lloraste en el funeral, no dijiste nada cuando tu madre se fue, no estás bien y te estás guardando todo, soy tu mejor amigo Mel...por favor, dime algo-su rostro denotaba preocupación.

Quería decirle la verdad, que me estaba muriendo por dentro y que sentía que el mundo de hacía pedazos bajo mis pies, pero no podía, no quería meterlo más en mis problemas.

-Mi hermano murió, Leonardo, que no llorara no significa que no me doliera, no me pidas que te diga lo que me sucede porque yo tampoco lo sé, vamos-respondí subiendo a la camioneta del lado del copiloto. Escuché un suspiro rendido de parte de Leonardo, rodeó la camioneta y se subió.

Llegar a la casa en donde Christian y yo compartimos nuestra infancia, había tocado una parte sensible en mi. Recordaba las constantes peleas entre nosotros y la manera en la que siempre ambos terminábamos castigados.

También recuerdo el día que, en pocas palabras, le salvé la vida.
En ese momento, estábamos en una fiesta de uno de sus amigos, ambos estábamos chicos, claro, el más chico que yo. Él desde pequeño siempre fue muy competitivo y por lo mismo, cuando le tocó golpear la piñata y no salió ningún dulce...se enfadó. Cuando le quitaron el palito con el que se golpea, salió corriendo enfadado, para eso, yo me encontraba parada comiendo dulces, cuando, sin saber por qué, jalé la camiseta de mi hermano justo en el momento en que quiso cruzar la calle mientras un auto pasaba a toda velocidad. Ahora sé que si no lo hubiera detenido, probablemente estuviera muerto...muerto desde niño.

Número Desconocido©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora