Capítulo 12 | Padres 2/2

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Después de ponernos al corriente mi madre y yo, quedé sumida en mis pensamientos bajo la atenta mirada de Chris. Mi madre se había retirado para hablar con los oficiales.

-¿Sabes? Fue estúpido creer que eras Leonardo cuando escuché tu grito tomando en cuenta que aún no sabía que Leonardo había salido de la cárcel.-dije a penas recayendo en ello. Al principio creí que los padres de mi mejor amigo estarían enfadados conmigo al meter a Leonardo en este embrollo. Tal parece que me equivoqué y me maldigo por llegar a pensar tan si quiera en que ellos me harían algo como eso.

-Es tu mejor amigo, siempre han estado juntos, es algo normal que me confundieras. Por cierto, te compré un celular nuevo, el anterior fue decomisado ya que sería analizado para revisar si los que te golpearon hicieron uso del aparato, eso facilitaría la detección de huellas y los encontrarían-Se levantó del pequeño sillón y se acercó a mi, no era el mejor celular del mundo pero era un celular al fin y al cabo.-Debiste llamarnos y avisarnos lo que te estaba ocurriendo Melissa, somos tu familia y a pesar de eso no nos tuviste la confianza suficiente para hablarnos de los problemas-y vaya problemas-que tenías.

-Sabes que nunca me ha gustado preocuparlos, menos a mi madrequr ahorita en lo que debería estar más enfocada es en su empresa.

-Melissa, nuestra madre podrá tener todo el trabajo del mundo, podrá tener muchos problemas y presiones pero jamás antepondria algo ante la salud y el bienestar de sus hijos.

Nuestra conversación de vio interrumpida en el momento en el que la puerta de la habitación fue abierta de forma rápida causando un sonido estrepitoso.

-Me acaban de avisar que despertaste-Dijo Leonardo entre jadeos colocando sus manos en sus rodillas tratando de regular su respiración.

No pude ocultar una sonrisa al verlo. Al parecer todo este embrollo había resultado victorioso al ver a Leonardo fuera de rejas. No sabía cuánto lo había extrañado hasta ahorita.

-Mel, te dejo para que puedan hablar.

Asenti sin borrar la sonrisa que se formó desde el momento en que entró leonardo. Vi a Chris tomar su celular contestando una llamada para segundos después salir de la habitación con un gesto de saludo hacia Leonardo.

-Demonios, melissa no puedo creer que cometieras la estupidez de andar sola por un callejón sabiendo que hay un acosador siguiendote el paso.

Bueno, dicho así sonaba como una completa idiotez. Se acercó sentándose en la orilla de la camilla dejando una pierna afuera para no quitarme mucho espacio en la reducida camilla.

-Habría estado aquí desde que abriste los ojos pero dijeron que lo mejor era que esperara afuera, que no sabían cuando podrías despertar, debo decir que esa respuesta me asustó mucho y por más que insistí en quedarme a tu lado, no me lo permitieron. Estuve todos los días trabajando desde mi laptop sentado en la sala de espera, claro está que en los minutos que decidí darme un descanso, tú despiertas y nadie tiene la cortesía de avisarme.

No dejé que siguiera hablando y lo atraje hacia mi en un fuerte abrazo.

-Te extrañe Leo-susurré sintiendo como sus brazos reforzaban nuestro abrazo. Había extrañado tanto la compañía del hermano que-a pesar tuve-se había alejado de mi. No lo culpo, cada quién decidió su vida pero en estos momentos, sentía a Leonardo más mi hermano que Chris. Supongoque a veces las cosas son así, tus parientes sanguíneos no son más que eso y tus compañeros de vida pueden ser aquellos con los que no compartes nada. No pienso que Chris sea solo mi hermano por ser de mi sangre, más bien, creo que a Chris lo quiero más como un amigo y a Leo como un hermano, es impresionante como al pasar el tiempo los roles van cambiando.

-También te extrañé-dijo al separarse del abrazo y sentándose en donde antes había estado Chris. Pude ver que traía los mismos jeans negros desgastados junto a la camiseta azul a rayas; la misma ropa con la que se fue detenido de mi departamento.-Mel, dime que al menos disfrutaste de las cuarenta y ocho horas de sueño que te fueron brindadas de milagro.-reí de manera casi imperceptible, me gustaba que a pesar de la situación en la que nos encontráramos, Leo siempre buscara una u otra forma para hacerme saber que no todo estaba tan jodido.

-Dejame decirte que, para tu decepción, siento mi cuerpo más tenso que nunca y no me siento como si hubiera descansado esas cuarenta y ocho horas que dices.-Ambos reimos manteniendo una atmósfera tranquila y sin preocupaciones. Así fue como nos la pasamos la mayor parte del tiempo, unas dos horas aproximádamente en la que solo hablabamos de su trabajo y de lo difícil que había sido sacarle la contraseña del Wi-Fi del hospital a la enfermera en turno. Dijo que era una de esas mujeres que se daban aires superiores y arrogantes.-Al final, tuve que ocupar los datos de mi celular y adivina qué, ¡ya no tengo datos! Todo porque la enfermera amargada no me quiso dar la contraseña de internet-dijo al terminar su gran relato.

Ahora que había terminado de contar su anécdota-que a decir verdad fue muy graciosa-supuse que era el mejor momento para preguntarle algo que llevaba rondando mi cabeza desde hace varios minutos. Horas quizá.

-Leo...-dije interrumpiendo el inicio de una de sus famosas y bien aclamadas pláticas sobre el fútbol. Si iniciaba a contar una nueva anécdota,sabía que nunca acabaríamos, este chico tenía una vida de telenovela y cada capítulo era interesante,por lo tanto, para no perderme nada era importante ponerle pausa por un instante y centrarme en lo importante-Daiana...¿Daiana se despidió de ti?-pude ver que los músculos de los brazos de Leonardo se contrajeron mostrando lo tenso que se encontraba ante aquella pregunta. Quizás Daiana y Leonardo no eran los mejores amigos, pero si tenían una muy fuerte amistad gracias a que los tres nos la pasábamos la mayor parte del tiempo juntos, desde la preparatoria hasta la Universidad.

-Algo así, solo me dijo algo que realmente no entendí pero me dijo que era importante que te lo mencionara-Tardó unos cuántos segundos tratando de recordar qué era lo que Daiana ñe había dicho. Esos segundos de suspenso me tenían a la deriva.-Nessuna fratellanza-dijo en un muy mal intento de Italiano. Reconocí rápidamente el idioma gracios a que era de los favoritos de Daiana incluyendo el francés. Ahora el problema seria descifrar lo que significaba y no me refiero a la traducción de esa frase, sino a la verdadera razón por la cuál Daiana se había ido, la verdadera razón por la que tuvo que dejarme ese mensaje en código.

-¿Ya investigaste el significado de esas palabras?-Una sonrisa adorno su rostro y me mostró la pantalla de su celular con la pestaña de "Traductor" abierta.

-Claro que investigue, ¿con quién crees que hablas?-Retiro el celular de mi vista antes de que si quiera alcanzara a poder leerlo- Aunque aún no entiendo el por qué de esas palabras, es extraño. Volvió a mostrarme la pantalla de su celular en donde ahora sí, pude leer claramente las dos palabras traducidas ya al español.

"No hermandad"

-¿No quiere que tengas hermanos? No entiendo el punto de Daiana al mandar este mensaje para ti-Estaba igual o peor que él. Tampoco sabía a qué se refería Daiana con esas palabras.

Pero...oh dios, cuando hubiera dado por haber resulto el enigma tras esas palabras antes de que todo ocurriera, antes de que todo acabara.
















Número Desconocido©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora