Capítulo 18| El día pt2

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—Estando frente a ti todo se vuelve más divertido—relamió sus labios sin borrar su sonrisa. Por alguna extraña razón mis manos comenzaron a sudar, sostuve con fuerza el arma y por primera vez, me detuve a pensar en Leonardo.

¿qué sucedería si no salgo de esto?

Negué eliminando esos pensamientos de mi mente, no era momento para eso. Amanda ladeó su cabeza borrando la sonrisa.

—¿El gato te comió la lengua?—sonrió acercandose más a mi—Mierda Melissa, en verdad no quiero matarte...me has divertido mucho, me encantaba verte paranoica, asustada como un pequeño gatito que no sabe en donde está...pero ya no es así, le estás quitando lo divertido al juego—se detuvo a escasos centímetros de mi, la punta del arma en mis manos quedó pegada a su abdomen—Dime, ¿qué fue lo que hizo que tomaras tan repentina desición? El pedir que nos vieramos fue algo que me sorprendió, dime, ¿fue la muerte de tu hermano? ¿O fue el hecho de que tu madre te abandonara?

Mis manos estaban temblando mientras apretaba con fuerza mi mandíbula, cada palabra que decía salía de su boca junto a una sonrisa, sus ojos brillaban cada vez que sus labios formaban la palabra "muerte". Cerré los ojos por un instante y cuando reuní la valentía suficiente, disparé.

—Ups...¿no tiene balas?—una carcajada resonó en el departamento mientras yo me encontraba estática en mi lugar. No podía ser cierto, yo había revisado anoche que la pistola tuviera balas, recuerdo que estaba completamente cargada.

—¿Aún me crees estúpida? Te lo dije desde un principio, este es mi juego y estas son mis reglas, no quieras llevarme la delantera—su sonrisa cambió a una expresión efurecida, tomó mi arma y me dió una patada en el abdomen que me sacó el aire.

Comencé a toser mientras tenía una mano en el suelo. Estaba mareada.

—No solo disfruté matar a tu hermano, también me encantó saber lo lento que te iba destruyendo, poco a poco tus esperanzas iban decayendo y solo tuve que esperar unos cuantos días hasta que tu me suplicaras vernos y mira...lo hiciste—se acercó lentamente a mí y dió un indicio de darme una patada. Mientras ella hablaba yo tuve la oportunidad de recomponerme un poco, la tomé del tobillo e hice uso de toda mi fuerza para tirarla, una vez estuvo en el suelo, le di un puñetazo de lleno en la cara.

—¡Callate! ¡No vuelvas a mencionar a mi hermano!—le grité a la cara dando otro golpe. No supe en qué momento sucedió pero su mano se colocó en mi cuello y me cortó la respiración, se colocó sobre mi haciendo uso de ambas manos.

—Haces esto tan divertido—un hilo de sangre salía de su boca. Mis manos se movían frenéticas aruñandola en los brazos. El aire era cada vez más escaso y mi pecho subía y bajaba—Mira como vas a terminar, tus familia te dejó, tu hermano se murió y tu mejor amiga te dejó...no te queda nadie—sentí sus manos apretarse más sobre mi cuello, mis manos perdían fuerza y mis ojos estaban muy abiertos, hice lo único que se me ocurrió hacer en estas circunstancias, levanté mi rodilla reuniendo la poca fuerza que me quedaba y la impacté contra su abdomen. Sus manos rapidamente me soltaron y aproveché para alejarme de ella hacia la cocina sin dejar de toser, tratando de recuperar el aliento. Tomé un cuchillo y traté de recuperar el aliento, no faltó mucho para que Amanda se levantara y arremetiera nuevamente contra mi; sacó un cuchillo de su pantalón y le quitó lo que al parecer era la funda de éste.

—Esto solo lo hace más emocionante—ella se veía hecha un asco, su camiseta estaba manchada de la sangre que aún salía de su labio y su mirada solo reflejaba la locura, no me imaginaba el como me veía yo.

Comenzó a acercarse mientras pasaba el cuchillo de una mano a otra moviendo su cabeza como si estuviera cantando una canción.

—¡Melissa!

Voltee y ahí todo acabó.

Leonardo se encontraba en la puerta del departamento y mis manos estaban sobre los hombros de Amanda, tratando de sostenerme. Bajé la mirada y observé como la sangre salía de mi abdomen gracias al cuchillo que estaba incrustado en mi. Solté el que yo tenía al perder rapidamente las fuerzas, regresé la mirada a Leonardo y una lagrima se me escapó al ver el rostro lleno de dolor que reflejaba.

—Este es el fin del juego Melissa—susurró Amanda en mi oido antes de girar el cuchillo aún dentro de mi causando que soltara un fuerte grito enterrando mis uñas en sus hombros.

Mi cabeza chocó contra el suelo y mis ojos se mantuvieron con la mirada fija al techo.

—-M-Mel...es tu cumpleaños princesa, no puede pasar esto si? Mel, mírame, p-por favor mirame—observé de manera borrosa el rostro de Leonardo a escasos centímetros de mí, su mano estaba tomando la mía mientras la otra limpiaba la sangre que salía de mi boca

—A-Aún...—susurré jadeando y atragantandome un poco con mi propia sangre—no acaba—Leonardo siguió hablando, tomó su celular y su boca se movía rápido mientras las lágrimas escurrían por su rostro.

Leonardo, el chico que siempre estuvo para mi, perdón por abandonarte y no estar hasta el final.

Leonardo, el chico que siempre estuvo para mi, perdón por abandonarte y no estar hasta el final

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Número Desconocido©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora