Segunda Estación (Parte 1)

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Unos minutos después de que el parlante se apagara, las luces comenzaron a iluminar el vagón. Lo primero que observó Nayeon, fue el desastre que había hecho al devolver su estómago en el piso, lo cual hizo que las náuseas volvieran, pero logró recuperarse de nuevo.

Fijó su vista en cada una de las extrañas chicas que ahora estaban junto a ella en esa rara "prisión andante". La primera de las nueve jóvenes que más llamó su atención, fue la joven de voz delicada pero autoritaria. Mina era su nombre, según recordaba Nayeon.

La mujer vestía unos jeans ajustados de mezclilla de un color negro algo oscuro, y una camisa de botones blanca. Su cabello era castaño y caía sobre sus hombros. Su piel era blanca, a Nayeon le recordaba a la delicada porcelana. Luego, un pequeño "flashback" vino a su memoria y recordó haberla visto momentos antes de subir al subterráneo. Ella y la chica habían intercambiado miradas, pero nada pasó a mayores. Además, las dos se encontraban acompañadas, lo que a Nayeon en ese momento le pareció bastante inconveniente. Pensó. Esa última idea sonrojó a Nayeon, y al mismo tiempo se enfadó con ella misma, al pensar en cosas carnales y no en el peligro en el que se encontraban.

Nayeon no prestó tanta atención a las demás chicas, todas tenían la misma expresión de terror en los ojos. Cuando todo finalmente fue iluminado, todas se reunieron en el centro del vagón, excepto por Sana, quien aún se encontraba dormida. Comenzaron a mirarse las unas a las otras para luego comenzar a hablar.

-Vaya pero si son todas de mi edad - decía Nayeon.

-Creo que nosotras somos las más jóvenes de todas. - la chica de voz tímida: Chaeyoung, se dirigía a las demás mientras hacía una pequeña reverencia.

-Creo que también soy una de las más jóvenes. -Tzuyu repitió el acto de Chaeyoung.

-Bueno, ¿y ahora qué? - Mina alzaba la voz mientras las demás seguían mirándose confundidas.

-El tipo ese dijo que tomáramos un arma del compartimiento. También habló de que si no agarrábamos una, estaríamos en mayor riesgo, así que sugiero que busquemos la caja esa y esperemos llegar a la estación. Ahí comencemos a buscar una salida.

Nadie decía nada. Tzuyu y Mina solo acentuaban con cada palabra que pronunciaba Nayeon, en señal de aprobación.
Segundos después, comenzaron a buscar el compartimiento de las armas. En su exploración por el vagón, divisaron al segundo conductor del subterráneo, inmutable ante la situación que se encontraba detrás de él, solo estaba sentado operando el vehículo. Las chicas se acercaron para observarlo de cerca.

-Oye tú, ¡imbécil! - gritaba Jeongyeon. - ¡No finjas no escucharnos! ¡Te daré una paliza apenas baje de esta cosa!.

-¿De verdad crees que volteará a contestarte? - una joven de piel blanca, ojos sensualmente rasgados y cabello negro se dirigía a la otra chica. Jihyo era su nombre.

-Tiene que...

-Si serás idiota. - Mina le jalaba el cabello a Jeongyeon haciéndola retroceder de la vitrina que la separaba del hombre de los controles.

-Eres una...

Antes de que Jeongyeon terminara de maldecir a Mina, otra voz proveniente del final del vagón las hizo fijar su atención hacia allá. Era de Dahyun, una chica de estatura pequeña. De cuerpo algo delgado y delicado, pero bien torneado. Nayeon posó sus ojos en ella y en su pequeña cintura; se maldijo a sí misma por pensar de nuevo en cosas que no debería en un momento así, pero nada podía hacer ante la figura de aquella joven.

-Creo que esta es. - Dahyun arrastraba una caja blanca, un poco ancha y bastante larga.

-Vaya, como pudimos no darnos cuenta de esa cosa. - Momo se encontraba de pie a un lado de ella.

S U B W A Y [Twice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora