Cuarta Estación

360 54 29
                                    

Luego de que se desmayara, Nayeon volvió en si unos minutos después. Las luces de nuevo se habían ido. Al parecer, cada que pasaban alguna prueba la operación se repetía una y otra vez. Se cerraban las puertas, las luminarias se apagaban, y después algún tipo de gas las ponía a dormir, para cuando las lámparas volvían a encenderse ya estaban cerca de la próxima estación.

Se incorporó poco a poco, ajustando su vista a la oscuridad que la rodeaba, no sentía a nadie cerca de ella. Por más que abría los ojos y miraba fijamente, no lograba divisar nada. Se recostó boca arriba y colocó su brazo bajo su cabeza y el otro sobre su abdomen. Escuchó algunos murmullos a unos pasos de ella, parecía que alguien hablaba dormida.

Minutos después de que Nayeon despertara, las lámparas se encendieron. La luz encandilo sus ojos, poco a poco fue abriéndoles para incorporarse e ir levantándose. Se sentó en el frío y sucio piso por un momento, volteó a su derecha y vio a Tzuyu, Momo y Jihyo tumbadas boca a bajo una encima de otra. Del otro lado, Mina y Jeongyeon estaban dormidas, sentadas con la cabeza una pegada a otra. Mientras que Dahyun seguía recostada cerca de la puerta del vagón.

Nayeon se despertó y comenzó a despertar a todas. Cada una de las chicas tuvo dificultad para poder levantarse de ese profundo sueño. Antes de que Nayeon pusiera un mano en ella, Dahyun se levantó de golpe, y se dirigió a la vitrina que las separaba del conductor del metro. Momo hizo lo mismo y se puso a su lado, y como si se hubieran puesto de acuerdo con anterioridad, juntas comenzaron a golpearla.

Mientras que Dahyun tomó un hacha, Momo agarró el mazo, el conductor permanecía iinmutabe del otro lado. Poco a poco la velocidad del subterráneo comenzaba a disminuir. Eso solo significaba una cosa: estaban por llegar a su próximo destino.

-Maldito desgraciado, solo espera a que termine con este estúpido vidrio y te mataré. – decía Momo entre jadeos.

-No si yo lo hago antes. – Dahyun daba golpes precisos en el mismo lugar, logrando arañar el vidrio.
-Dense prisa, esta cosa se está parando poco a poco, pronto llegaremos a la estación y no sabemos que pendejadas nos tiene preparada ese idiota. – Jeongyeon maldecía desde la parte trasera.

-Ya casi, ya casi. – Dahyun seguía golpeando junto a Momo, el vidrio comenzaba a ceder, o eso parecía.

-Apártense. - Una voz tenue venía desde atrás, pero nadie le prestó atención. - ¡Dije que se apartaran! – el grito desvió a Dahyun y Momo de su trabajo.

-¿Qué diablos quieres? – Momo miraba a Mina, quien había desenfundado su arma.

-Quizá esto ahora si funcione, así que apártense.

Mina quitó el seguro del arma mientras que todos se hacían a un lado. Tal como dijo Mina, el disparo pudo atravesar el vidrio por una de las partes en que Dahyun y Momo habían estado golpeado.

Los vidrios cayeron hacia ambas partes, todas se acercaron con cautela y luego comenzaron a golpear con todas las armas. El vidrio fue cediendo, añicos y más añicos caían por todas partes. Las chicas tenían una mirada de desesperación y mucho enojo. Lágrimas comenzaban a rodar por algunas mejillas al ver que lo estaban consiguiendo. Lo único que le pareció sospechoso a Nayeon, fue que el conductor no se movía ni un centímetro para detenerlas, seguía ajeno a todo lo que pasaba tras de él.

-¿Cómo cruzamos sin que nos hagamos daño? – Tzuyu preguntaba curiosa, mientras miraba por el rabillo del ojo a Nayeon.

-Tomen.  – Jeongyeon se quitaba su playera mientras que con los dientes comenzaba a rasgarla, formando pedazos de tela. – pónganselos en ambas manos y crucen.

-¿Quién va primero? – Decía Dahyun un poco impaciente.

-Yo… - Momo levantaba la voz. – Si estás de acuerdo. – Dahyun solo asintió con la cabeza, y Momo comenzó a pasar por la ahora rota vitrina.

S U B W A Y [Twice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora