Android Face

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En un oscuro y solitario cuarto se encontraba un androide de piel completamente blanca con ligeros brillos azulados por el cuerpo y marcas de sus articulaciones y partes movibles mostrando su real apariencia con el cuerpo magullado lleno de abolladuras y rasguños por una fuerte pelea que tuvo con un posible asesino que intentaba huir por lo que, como buen policía que era, corrió a por él para detenerlo lo que no supo es que en el callejón donde giró el sospechoso le esperaban varios androides fuertes que lo atacaron y lo dejaron destrozado hasta el punto de que le era imposible cambiar a su aspecto humano.

Por suerte para él quien menos quería que lo viera no estaba de servicio ese día y su compañero Reed Gavin le llevó hasta la comisaría para que lo atendieran aunque durante todo el camino se rió de él y de su deplorable aspecto haciéndole sentir peor de lo que se sentía. De ahí y después de ver su mal estado decidieron llevarlo a CyberLife, la empresa que lo creó, puesto que ninguno de los agentes sabía nada de eso y era evidente que algo como él no podía ir a un médico o al mecánico que tenían en la comisaría.

El androide no podía sentirse peor, todo el mundo le miraba mal y estaba claro el porque, nadie quería ver a un androide con su carcasa y menos en su estado, seguro que era algo horrible. Solo podía notar aquellas miradas punzantes y susurros comentando su aspecto, eso hizo que su LED se pusiera en rojo y sintiera que todo era demasiado grande e inseguro. Si ya de por sí desde que se volvió divergente odiaba los sentimientos negativos ahora los odiaba más puesto que no sabía cómo gestionar aquello que sentía ahora.

– ¡¡Connor!! – escuchó una voz que siempre le había maravillado y animado pero ahora era al único ser humano o androide que quería oír ahora. Sus pisadas eran fuertes y se escuchaban cada vez más cerca hasta donde estaba él por lo que, asustado y sin saber qué hacer, algo muy extraño para un androide de última generación como él, corrió hasta esconderse en un pequeño despacho vacío y ahora estaba encerrado allí tapándose los oídos y atrancando la puerta para evitar a aquella persona que aporreaba la puerta y le exigía salir

– ¡¡Connor!! ¡¡Me cago en la puta!! ¡Sal de una vez!

– NO – se negó en rotundo

– ¡Sal de una vez o derribo la puerta! – advirtió aquella voz que sonaba furiosa pero Connor no le dejaría que ocurriera aquello, podía tirarse todo el día allí sin problema así que se sentó en el suelo y se abrazó a sus rodillas con la espalda apoyada en la puerta

– No quiero que me vea así, márchese – pidió recordando los crueles murmullos y los fríos comentarios de Gavin sobre su aspecto magullado, si al menos pudiera poner su piel sintética, pero estaba tan estropeado que le era imposible

– No me pienso mover de aquí hasta que te vea

– Resistiré más que usted teniente. Usted tiene que comer, ir al baño y dormir en cambio yo con una toma de corriente tengo todo lo que necesito – dijo mirando a lo lejos un enchufe donde se conectaría en el caso de que tuviera poca batería

– No me retes niño – amenazó – ¡sal ahora mismo o si no... !

– Váyase por favor, solo tengo que ir a CyberLife y me repararán como es debido pero se tiene que ir – pidió mirando sus manos metálicas que no eran para nada normales y que por mucho que lo intentara no salía su piel – márchese – pidió de nuevo asustado por lo que podría decir si le viera en ese estado.

Durante un buen rato no escuchó nada y eso era muy raro dado a lo estridente y malhablado que era el teniente cuando se enfadaba pero todo estaba demasiado en silencio, hasta Connor creyó que de verdad se había ido

– ¿Si me voy saldrás e irás a que te reparen? – sonó tan serio como cuando hacía un interrogatorio

– Así es

Android face (hannor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora