Lejos De Tu Piel {Wariam}

22. La boda

Antes de nada, deciros que no sé muy bien como funciona esto de meter enlaces pero si sirve, os dejo esta maravillosa versión de Elena Farga de Mujer contra mujer  para que la escuchéis en el trocito de la ceremonia.

(Narra Miriam)

Hacía un mes que le había pedido matrimonio a Ana, todo parecía un sueño.

Mi mayor problema era el look, no sabía que ponerme así que dejé que Mireya decidiese por mí.

La verdad es que el look no me disgustaba pero temía que no fuese bastante. 

Me puso un taje negro con una camisa blanca con bastante escote y tacones negros a juego. El pelo lo llevaba suelto y más rizado de lo normal.

-Amiga venga que nos quedamos sin tiempo.

-Mireya como sigas así te voy a matar.

-Bueno pues te espero en el coche.

Salí unos minutos más tarde.

-Ves como no vas a llegar tarde.

Podríamos haber alquilado una limusina pero no, Mireya me dijo que le hacía ilusión llevarme a mi boda y ser la madrina.

Esa es otra, tuvimos varias discusiones con ella y con Mimi porque ambas querían ser la madrina. Tras varias discusiones pensamos que sería buena idea que ambas fuesen madrinas. Ana al principio no aceptaba la idea, quería que su padre fuese padrino pero al final lo aceptó.

-Joder Mireya conduce más rápido.

-¿Qué quieres? ¿Qué Ana se case con un cadáver? Relájate.

Lo que más me preocupaba era llegar tarde, pero llegamos y faltaba mucha gente. Eso me puso bastante triste.

Ahí estaba yo, en el "altar" esperando a que llegase Ana pero el tiempo pasaba y no llegaba.

(Narra Ana)

-¡Vamos Mimi!

-Joder Ana no es mi culpa que el tío de la limusina no llegue.

-Pues sin limusina, no pasa nada.

-No, mi hija tiene que llegar perfecta a su boda.

-Papá, nos vamos a casar en mitad del campo. No creo que vaya a ser perfecto.

Pues el imbécil de la limusina llegó 10 minutos tarde, ya llegaba tarde a la boda.

No pude más y comencé a llorar.

-Venga Anita que no pasa nada, seguro que lo entiende. Además, el tío ha dicho que no nos cobra.

-Joder Mimi, seguro que Miriam enfada.

-Que noo, mira si ya no queda nada.

Llegamos y bajé  corriendo. Temía más la bronca de Miriam que tropezarme y romper el vestido.

Allí estaba, de pie. Estaba tan preciosa como siempre.

(Narra Miriam)

A lo lejos vi una limusina, esperaba que fuese Ana. 

Seguro que había sido cosa de Mimi.

Se abrió la puerta de la limusina y de ahí salió la mujer más bella que había visto en mi vida.

Iba con un vestido blanco largo, tacones a juego y un moño recogido con una cinta blanca.

Alfred puso la música, Mujer contra mujer. Estaba a punto de llorar.