Korobushka

Capitulo I. Talento innato

Desde que era tan solo una pequeña de 3 años, fue notable las cualidades que tenía esa pequeña en la música, a tan sólo sus 4 años había dado su primer recital de piano a más de mil espectadores, claro que era de esperarse ya que Mebuki Haruno era una de las concertistas más reconocidas en Japón, de igual modo a los 7 años Sakura ya se encontraba tocando el violín para la orquesta que era dirigida por su talentosa madre.

Sakura jamás había conocido a su padre, Mebuki siempre le había dicho que él había ido a la guerra y había muerto en ella, pero Sakura no era tonta, sabía muy en el fondo que eso no era cierto, y que lo más probable era que su padre seguía vivo, pero tal vez había terminado mal con su madre y era por eso que ella jamás tocaba el tema.

Sakura era una joven mucho muy hermosa, sus facciones eran demasiado femeninas, tenía unos ojos picaros en color verde esmeralda, y unos labios finamente marcados en tono carmesí, sus pómulos rosas combinaban con su hermosa cabellera en color rosa y mucho muy larga, era alta y mucho muy delgada, aunque no tenía demasiado busto como ella quisiera, se compensaba con su esbelto cuerpo.

A diferencia de Mebuki, Sakura solía tener un temperamento más calmado y sereno, se evocaba todo el tiempo a sus estudios y sobre todo a la música.

Sakura contaba con la edad de 21 veintiún años, y estudiaba la Licenciatura de Música en la Universidad de Tokio, amaba tanto la música, que incluso durante las tardes cuando salía de la Universidad daba clases de piano, violín y chelo.

-Sakura, deberías dejar de estudiar un poco y salir a divertirte, así jamás conseguirás novio – se mofó una rubia alta con voz escandalosa.

-Ino, Ino, Ino, no todo en esta vida son los hombres, hay cosas mucho más importantes, como la música por ejemplo – suspiro la pelirosa, mientras se recostaba en un sillón y abrazaba un cojín.

-Estas loca, enserio no puedo creerlo frentesota, eres bonita, pero eres tan amargada, que me temo que terminaras solterona – se sentó la rubia a su lado.

-No suena tan mal – rió picaramente, mientras le aventaba el cojín que tenía entre sus brazos a su amiga.

-Saku, enserio me preocupas, mujer tienes a cientos de hombre detrás de ti, y tú lo único que quieres es tocar y tocar tu violín todo el tiempo, eres talentosa, yo diría maravillosa, además de que eres inteligente y mucho muy hermosa, pero jamás quieres salir de aquí, siempre estas encerrada entre tus libros y tus instrumentos, y creo que los únicos hombres con los que convives son tu profesor de música y tus pequeños alumnos de secundaria, Saku, porque huyes de ellos, hay tantos chicos que siempre me están pidiendo tu teléfono y tú jamás me permites dárselos.

-Porque eres mi amiga no mi madrota, además no me interesan conocerlos en lo absoluto.

-Hay Haruno, pero son guapísimos, y si no sales con ellos jamás vas a conocerlos.

-No todo en la vida es buscar pareja Ino, no dejaras de insistir cierto, bien, te daré mis requisitos y cuando al fin encuentres un hombre así, aceptare salir con el ¿hecho? – comentó Sakura suspirando en voz de derrota y estrechando su mano con la de su amiga.

-Tenemos un trato Haruno, muy bien, cuales son los requisitos que pides en un hombre – sacó una pequeña libreta y un lápiz.

-Es enserio, vas a sacar una libreta y anotaras lo que te diga jajaja estas loca Ino, de verdad que si.

-Bueno, es porque si logro encontrar a un hombre, uno solo Haruno, tendrás que aceptar salir con él.

-Bien... tiene que tener sólo dos requisitos, el primero ser alto, mucho mas alto que yo, mmm y tiene que ser mucho mejor que yo en la música – rió la joven, logrando molestar un poco a la rubia.

-¿Mejor que tú? Hablas enserio, Haruno, eres la mejor alumna en la Licenciatura de Música que tiene esta Universidad, lo cual es evidente que es injusto ya que heredaste el talento de Mebuki, eso es trampa, y deja en desventaja a cualquier hombre que intente competir contigo.

-Bien, yo ya te di mis requisitos, el día que encuentres a alguien así, juro por Dios como testigo que aceptare salir con ese sujeto, incluso que me enamorare de él – sonrió picaramente, logrando causar un pequeño disgusto en su mejor amiga.