Capitulo III. Una visita inesperada

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-Bueno que podría esperarse si es hija de Mebuki Haruno, maldigo el día en que fuiste tú su hija y no yo – comentó la rubia de coletas, quien levantaba su mochila del suelo para dirigirse las 4 a la cafetería.

Mientras todas tomaban café, Sakura llenaba unos documentos, lo cual llamo la atención de la castaña.

-¿Qué tanto haces Haruno? Descansa un poco, darte un break de vez en cuando jamás le hace daño a nadie – comentó Tenten.

-Eso no lo sabe ella – rió Temari.

-Eso es verdad, pero esta llenando la solicitud para la beca a Londres, tiene que entregársela al profesor Hyuga esta noche y ni siquiera la ha empezado.

-Hyuga he mmm era de suponerse – comentó expectante Temari.

-¿Qué insinúas Temari? – comentó molesta la pelirosa mientras dejaba en la mesa su solicitud y pluma.

-Bueno, no digo que no seas buena, pero ahora entiendo porque Hyuga sigue dando clases en esta escuela.

-Sigues sin ser clara Sabaku – comentó la pelirosa.

-Vamos Sakura, es lógico que Negy sólo sigue aquí por ti, escuche que rechazó un empleo el cual le pagaban el doble que aquí y en una escuela mucho más prestigiosa, no creo que sea por amor al arte, bueno quizá si – comentó despreocupada Tenten mientras tomaba un sorbo de su café.

-No es mi problema si él ha decidido quedarse o no, yo no se lo he pedido – comentó sin darle importancia al comentario la pelirosa.

-Pobre del sujeto que llegue a ser tu novio Sakura, demonios puedes ser mucho muy hermosa pero tienes un carácter terrible – comentó Tenten – pobre del profesor Hyuga, al menos deberías de ser sincera con él y decirle que no estas interesada.

-Se lo he hecho saber cientos de veces, si no quiere entenderlo él no es mi problema y no voy a desgastarme por ello, suficiente tengo con mis alumnos, a veces me desesperan y ocasionan que me den dolores de cabeza.

-Otra vez la migraña – preguntó curiosa Ino.

-Sí, he tenido que tomar varias pastillas para apaciguarla, eso lo detesto porque me provocan sueño y son horas menos para practicar – comentó Sakura mientras se sobaba la cien.

Las 4 chicas terminaron su café y se dirigieron a sus respectivas clases; al término de la tarde, las chicas se dirigieron al ensayo de la filarmónica, cada una se posiciono en sus lugares y comenzaron el ensayo.

-Eres grandiosa Haruno, realmente te admiro – comentó un rubio de ojos azules que se acercó a la pelirosa.

-¿Naruto? – Preguntó sorprendida la chica -¿Qué demonios haces aquí?

-Podrías ser un poco más expresiva y al menos fingir que te agrada verme – se acerco el rubio, logrando quitarle una sonrisa a la chica.

-Pero claro que me alegra verte idiota – comentó la chica mientras abrazaba animadamente a su amigo.

-Veo que tu vocabulario no ha cambiado tampoco – la abrazo aún más fuerte.

-Que te trae por aquí.

-Bueno, tome unas vacaciones y quise visitar a mi chica.

-Claro, de seguro peleaste de nuevo con tus padres no es asi – se mofó la ojijade.

-Diablos, me has pillado, si eso también, que te parece si me invitas a cenar y te cuento todo.

-Si sigues comiendo como acostumbras me quedaré en quiebra, así que iremos a un bufete que queda cerca – comentó la pelirosa mientras guardaba sus cosas y se alejaba con el rubio.

Al llegar al restaurante, Naruto devoraba todo a su alrededor, Sakura solo sonreía de ver como su amigo se atragantaba, siempre había sido así, glotón, meloso y simpático, nada había cambiado con él, al parecer solo los años.

-¿Cómo se encuentra Mebuki? Sigue haciendo ese ramen que le quedaba tan delicioso.

-Eres un tonto, jamás cambiaras, mamá esta bien, hace poco tuvo problemas de salud nuevamente, pero dice que se siente estable, y la veo bien, no vivo con ella, pero los fines de semana voy a visitarla, y Minato y Kushina como están.

-Bueno mi papá sigue molestó porque no quise estudiar medicina y desde entonces apenas y hablamos, es algo incomodo pero en fin, que se puede hacer si ya sabes como es el viejo, y respecto a mamá se molestó conmigo porque no quise comprometerme con una hija de una amiga suya.

-¿Comprometerte? Jajaja bueno que podía esperar Kushina si ya sabe como eres, siempre huyes de las obligaciones – rió la pelirosa.

-Ja, ja, ja, muy graciosa Sakura, mira quien habla, si tú te encargas de ahuyentar a cualquier hombre que se te acerca, hasta parece que somos una plaga – comentó a la defensiva, haciendo un mohín de disgusto, ocasionando así que riera la pelirosa.

-Pues como si lo fueran, sabes que pienso lo mismo que tú respecto al compromiso, creo que no es para mi – comentó la chica sonriendo a su amigo.

-No pongas palabras en mi boca que no he dicho, yo si creo en el compromiso, pero aún no estoy listo, y no te rías Sakura, no es lo mismo.

-Da igual.

-Deberías darle alguna vez una oportunidad a alguien mujer, al que sea.

-No estoy desesperada Naruto, gracias por ello.

-No quise decir eso Saku, sabes que eres mi mejor amiga y te quiero, pero es sólo que jamás he conocido una sola pareja tuya.

-Tú lo fuiste hace tiempo Uzumaki, así que no tienes porque quejarte.

-Saku, éramos muy niños, e íbamos en la primaria, eso no cuenta.

-Claro que cuenta – se cruzo de brazos la pelirosa.

-Bueno, no quise decir eso, sabes a que me refiero, demonios, si no quieres tocar el tema, cambiaremos a otro vale.

-Vale, por mi esta bien.

-Y el chico alto de cabello negro que siempre traía un cigarrillo en la boca.

-Naruto...

-Ya, ya entendí, perdón – se rascó la cabeza el rubio.


KorobushkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora