Capítulo XXIV

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No al plagio

Capítulo veinticuatro: Locura II

Me importa un cagada de therstal lo que estén haciendo en estos momentos, porque estando aquí encerrada he hecho más cosas que ustedes, como siempre. ¡Toma nota de esto, Harry! Bellatrix ha cambiado todos sus planes de ejecución. Sigue esperando que Harry y la bestia se presenten ante ella, pero ya sé el porqué de todo… ¡Es demasiado hasta para ella! Pero la maldita bruja está embarazada y tengo el presentimiento de que tú, Harry, no eres el único que quiere sacrificar esa vieja.

La pequeña nutria dio una vuelta furiosa antes de desaparecer frente a todos. Dios mío. Hermione estaba muy, pero muy enojada y todos nos pudimos dar cuenta (no fui el único que tuvo un escalofrío ante sus palabras llenas de enojo). Tenía las manos enlazadas tras mi espalda, me balanceé un poco en mis pies, carraspeé un poco antes de hablar:

—Yo no sé ustedes, pero creo… creo que si no sacamos a Hermione del lugar en el que está, ella saldrá sola y nos hará pagar muy cara el no haberla rescatado.

—Cierra la boca, Potter —rugió el profesor Snape—. Hemos escuchado lo mismo que usted y no necesita esclarecer algo demasiado obvio.

Me limité a guardar silencio, no porque él me diera miedo sino por la forma en la que Malfoy me estaba viendo y pues él es una bestia un tanto agresiva. Sí. La bestialidad de Malfoy me intimida lo suficiente como para tenerle precaución.

—Bien —afirmó Toharu—. La niña Granger nos ha dado muy buena información sobre lo que está sucediendo dentro de esa mansión. Hay que tener presente lo que tenemos hasta ahorita, donde ya solo contamos con trece horas y media para poder rescatarla: uno) Bellatrix necesita a Harry para revivir a Voldemort; dos) También quiere a la bestia que le echó a perder su primer plan; tres) Utilizó a Hermione y a Luna como peones en su ajedrez para atraer a Harry; cuatro) Está embarazada y, si entendí bien el mensaje subliminal de Hermione, usará a su propia hija como sacrificio; cinco) Hermione tiene libre su magia y puede usarla; seis) Tenemos trece horas para sacarla de ahí viva y siendo ella misma.

—Debo entregarme —refuté. Y antes de que alguien pudiera agredirme la voz de Draco irrumpió en el lugar.

—Son las pocas horas que nos quedan y no hemos avanzado casi nada, si no fuera por Hermione —comentó sarcástico Malfoy dando un paso al frente del círculo que se había formado en la sala de menesteres—. Estoy completamente de acuerdo con Potter en entregarnos y no mi importa si no estás de acuerdo, Snape —dijo hostil al hombre—. Se seguirá un plan: Potter, tú entrarás por la puerta grande. Sabemos muy bien que mi tía es una sádica de lujo y que, ante todo, siempre, siempre hará las cosas para divertirse. No importa si ella misma peligra en el proceso.

—Tienes mucha razón, hijo.

Vaya. Había una reunión familiar y nadie me dijo nada. Tanto Slytherin en este pequeño espacio ya me estaba dando escalofríos.

—¿Papá?

—Ahora no, Draco, debemos encontrar a tu compañera… Y por amor a Salazar, no me digan cómo se llama; puede que me arrepienta de lo que pueda aportar.

Malfoy levantó las manos en rendición y dio una mirada de advertencia a todos para que no mencionáramos a Hermione a ninguna costa.

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