10; Almuerzo

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Jungkook estaba nervioso, quizá porque había pasado una semana desde que comenzaron las clases y aún Taehyung no se aparecía por la escuela. Se privó de pedir información a Yerim por razones obvias, y no se atrevió a preguntarle a Jimin por orgullo.

Golpeteó sus deditos contra su carpeta, esperando impaciente a que el timbre de salida sonara, su madre le había dicho que tenía una sorpresa para él cuando regresara de la escuela y las sorpresas solían tener mucho efecto en las personas.

Jungkook se estiró en su asiento y no pudo evitar prestar atención a la conversación de dos de sus compañeras detrás de él.

-Es una pena, él era tan guapo.- se lamentó una de ellas.

-No hables como si estuviera muerto-se quejó la otra.

-Es como si lo estuviera- puchereó- Taehyung debería regresar, al menos por Jimin oppa, está algo decaído.

Por inercia, el castañito buscó a Jimin con la mirada. Él se retorcía de la risa en la esquina del salón con un grupo de chicos.

Mal amigo. Pensó.

El timbre al fin sonó, alistó su mochila y caminó directo al portón. El auto estacionado fuera del colegio era igual al que su familia poseía, y confirmo cualquier sospecha cuando su madre bajó de el.

-¡Jungkook aquí!- gritó la mujer haciendo señas.

El castañito algo apenado caminó hacia ella apretando las cuerdas de su mochila.

-¿Qué haces aquí?- murmuró, mirando a los lados.

-¿No piensas saludarme?- lo regaño.

-Hola, mamá.

-Hola, bebé- sonrió.- ahora sube al auto, se nos hace tarde.

-Puedo irme sólo.- respondió sin moverse.

-Jungkook, es tarde, entra al auto.

Torció sus labios y obedeció, ya dentro en el asiento de copiloto, se dio cuenta de que su madre estaba arreglada, más de lo normal.

-¿Tenemos algo importante?

-Sí, te mande un mensaje avisándote.- prendió el auto y comenzó a manejar.

-¿Qué era?

-Tenemos un almuerzo en casa.

-Ah.

Apoyó su cabeza en la ventana, observando las calles que ya conocía de memoria.

-Llegas y te cambias, algo decente, por favor.- pidió su madre con una sonrisa de advertencia en su rostro.

-Está bien.

El auto se detuvo y ambos se bajaron. Cuando su mamá abrió la puerta, el olor a lavanda inundó sus fosas nasales. La mesa estaba perfectamente arreglada, el piso relucía y los cuadros de la familia habían salido a la luz.

-¿Acaso viene la abuela?- susurró.

-Ve a cambiarte, Jungkook, tu papá está por llegar también.- habló su mamá entrando a la cocina.

Subió las escaleras, no pasaron desapercibidos los cuadros de él cuando era un bebé. ¿Por qué de pronto todo estaba tan correcto y ordenado? Sin malentendidos, su casa siempre estaba limpia, pero ahora estaba reluciente.

Ingresó a su cuarto cerrando la puerta detrás de él, abrió su cajón buscando algo "decente" según su madre. Al final se terminó poniendo unos jeans y una camisa roja.

-Rojo pasión- se burló de él mismo.

Rebuscó en su armario, y encontró la camisa que Taehyung le había regalado por su cumpleaños meses atrás, no lo decía en voz alta, pero esa camisa azul le encantaba, se la puso, igual nadie lo iba a ver.

Lapislázuli ☆tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora