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–Vamos Jungkook no es para que te avergüences– rió Mark luego de ver un sonrojo en las mejillas del menor.

–No estoy avergonzado, es que hace mucho calor– se justificó.

Los tres chicos se echaron a reír por como el castañito trataba de ocultar algo tan obvio.

–¿Por qué no te le insinúas?– Jungkook alzó una ceja al no entender a su compañera– Digo, fingir que se te olvido la toalla para que te vea desnudo, o empezar a quitarte la ropa con la excusa de que hace calor. Inventa algo.

–¡No haré eso! Ah, Ustedes son tan

–¿Geniales? Lo sabemos, Jungkookie– respondió Jihoon con obviedad.

Esta vez fue la risa de los cuatro la que se escuchó.

–Hablando en serio, no puedo creer que ustedes aún mmm... no lo hacen– habló un poco incómodo Mark calmando su risa.

–Creo que es de esperarse, me refiero a que eres tan despistado– se rectificó Lisa al instante.

El castaño frunció su entrecejo. La verdad es que varias veces se había preguntado porque Taehyung aún no daba ese paso. Instintivamente llevó su mirada a su cuerpo ¿había algo de malo con él?

–No tiene que ver con tu cuerpo, tonto– hablo rápidamente Lisa al percibir por donde estaba llevando el asunto– Taehyung es igual de despistado que ni siquiera se habrá puesto a pensar en esto.

El sonido de la puerta abriéndose hizo que todos se giraran para observar al pelirrojo y matar cualquier rastro de la conversación.

–Hola chicos –saludó Taehyung tomando asiento sobre la cama al lado de su novio– Hola amor.

–Hola Tae– respondió rápido Jungkook con las mejillas sonrojadas por la reciente conversación con sus hormonales amigos.

–¿Saben? Recordé que mañana tengo un examen muy difícil de matemática– habló Lisa recogiendo sus cosas.

–Pero creí que ya no llevabas matemáti¡ah!

–¿Pero qué cosas dices? No lo escuches. Ven Mark, tú también tienes examen mañana– habló con una mirada cómplice.

El rubio rodó los ojos para asentir en silencio–. Es verdad, nos vemos chicos.

Cuando la puerta se cerró y al fin los novios quedaron solos, Taehyung pudo percibir que algo no estaba bien con el castañito.

–Kookie ¿Estás con fiebre? estás todo rojo– habló preocupado el pelirrojo, acercándose más para tocar la carita de su novio.

Jungkook abrió los ojos en demasía cuando sus rostros quedaron a unos cuantos centimetros, dios ¿por qué estaba tan nervioso? lo había besado un millón de veces, y si no hubiera sido por esa absurda conversación no estaría tan nervioso ahora.

–Tae... ¿Podemos besarnos?– preguntó en un susurro.

Taehyung lo miró con ternura y acercó sus labios para unirlos en un suave movimiento. Jungkook apresó su cuello con sus brazos tratando de profundizar más el beso.

Pasó unos cuantos segundos para que la traviesa lengua del mayor delineara los labios del castaño, abriéndose paso dentro de su cálida boca. Sus grandes manos se escurrieron debajo de su camisa dando pequeños masajes en la espalda del menor.

Y cualquiera que los viera pensaría que son unos expertos en esto, pero siempre quedaba en eso, caricias y besos, ni ellos saben la razón por la que nunca avanzan.

Los dedos del castaño viajaron hasta los botones del mayor y con algo de torpeza los fue desabotonando uno a uno, luego pasó sus dedos por el sensible pecho del pelirrojo, delineando los casi notables abdominales. Taehyung por su parte fue recostando al menor con delicadeza sobre el colchón, posicionándose sobre él y tratando de no aplastarlo.

Jungkook era un manojo de nervios, jamás había llegado a esa posición, jamás tan lejos ¿qué sigue ahora? ¿Por qué Taehyung aún no le quitaba ninguna prenda? ¿Ya debe de desabotonar su pantalón o sería muy apresurado? ¿Por qué no toca algo más que su espalda? ¿Ya se le estará parando? Porque el ya sentía presión ahí abajo.

Un leve gemido escapó de sus labios cuando sus miembros hicieron fricción porque Taehyung trataba de acomodarse. Los labios del mayor descendieron con lentitud hasta el cuello del castañito, succionando y dejando pequeñas marcas rojas en su blanquecina piel, él no había practicafo jamás pero fue la calentura del momento.

–No sé que hacer...– soltó Jungkook en un suspiro.

Taehyung dio un par de besos más y terminó por quitarse la camisa que Jungkook había dejado a medias–. Tócame– su voz sonó más ronca de lo normal y el castaño casi no pudo distinguir al chico inocente de hace unos minutos bajo esa mirada penetrante y llena de lujuria.

Woo

TAEHYUNG ESTÁ YENDO EN SERIO, TAEHYUNG ESTÁ YENDO EN SERIO Y CREO QUE YO NO PODRÉ SI ME SIGUE MIRANDO ASÍ, JODER.

El pelirrojo tomó las temblorosas manos del contrario y las llevó a su a penas visible abdomen –Puedes tocarme, amor.

Jungkook asintió torpe y deslizó sus tibios dedos por la piel expuesta de su novio. El pelirrojo continuó dejando besos por toda la extensión de su cuello, y en un rápido movimiento le tiró del polo y lo lanzó a quien sabe donde.

Bien, él tenía que preguntar y esperaba en serio no matar el momento.

–Tae– suspiró– ¿Eres virgen?

Taehyung dejó su trabajo y observó al menor que tenía los ojos cerrados, deslizo su mano por su mejilla y luego dejó un casto beso sobre sus labios.

–Lo soy– habló nervioso dejando atrás la faceta dominante de hace un momento – lo siento si lo estoy haciendo mal, bebé.

Jungkook sonrió aliviado y se abrazó al torso del mayor como un koala– No haces nada mal, y aún si fuera así no me daría cuenta–. Se rió.

–Entonces ¿puedo tocarte?

El castaño lo miró raro.

–Pero ya lo hacías.

–Me refiero si puedo tocarte donde antes no lo he hecho– habló con la cara roja de la vergüenza.

Jungkook enrojeció al instante cuando se dio cuenta a lo que se refería y asintió mirando a otro lado. Taehyung apretó sin fuerza el bulto entre las piernas del menor y éste se limitó a arquear la espalda y soltar un jadeo.

–¡Jungkookie!

Jungkook abrió los ojos desmesuradamente cuando escuchó el fuerte grito del mayor. Buscó con la mirada al mayor y lo encontró de pie al lado de la cama con la cara roja.

–¿Qué pasa?– preguntó sentándose en la cama, ah ¿en serio había tenido un sueño húmedo de su primera vez a los veintiún años?

Taehyung relamió sus labios nervioso y desvió la mirada a un punto cualquiera de la habitación –Mojaste la cama, amor.

Y eso había sido suficiente para que el castañito se colorara hasta las orejas y saliera corriendo avergonzado hasta el baño, porque sí, se había corrido como niño hormonal con un sueño.

Lapislázuli ☆tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora