Jungkook no creyó que el capricho de ese niño sería él, mucho menos pensó que ese capricho duraría tanto tiempo. Pero, ¿a quién engañaba? Adoraba esa atención
Tan equivocado.
•Capítulos cortos.
Jungkook observaba con detenimiento cada cuadro de la paleta de colores. Una mueca se formó en su rostro cuando la señorita que lo atendía le señaló un color menta muy intenso.
—Ese color no combina con nada— susurró lo suficiente bajo para no ser escuchado.
Su mirada analizó cada color hasta dar con un rojo intenso, definitivamente a ese color ni se le tomaría en cuenta.
—Estás muy observador ¿Te lo pintarás?— su novio apareció detrás de él llamando su atención.
—Estoy escogiendo un color para ti— dijo obvio regresando su atención a la paleta.
Taehyung sonrió ladino al escucharlo y se le escapó una pequeña carcajada.
—Jungkook, yo ya escogí.
—Rojo ¿Verdad?— preguntó sin mirarlo.
—Si, bebé.
Jungkook hizo un puchero y colocó sus manos en las mejillas de su novio, acunando su rostro con ternura, para que lo mirara.
—Es muy llamativo.
—Pero me gusta.
—Todos van a verte.
—Y yo sólo te veré a ti.
—Eres muy injusto— lloriqueó.
El contrario sonrió y besó levemente los labios de su novio.
—Injusto—repitió.
—Pueden seguir, en esta tienda todos son muy aburridos, pero me gusta ver chicos dándose amor.
Ambos jóvenes miraron a la chica detrás del mostrador y sonrieron nerviosos ante su comentario.
—Lo pintaré de rojo.— mencionó Taehyung, dirigiéndose a la estilista que lo esperaba para empezar su trabajo.—¿Vendrás Kookie?
—Prefiero ver el resultado, podría saltar encima tuyo en el proceso.
—Como quieras— sonrió alejándose de él.
Sólo diré, que éste es el peor capítulo que he escrito en mi vida, adiós.
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